1. Introducción
Dada la elevada prevalencia de la enfermedad mental entre las personas usuarias de los servicios de justicia juvenil y, en particular, entre las y los menores y jóvenes ingresados/as en c
entros de reforma, no hemos querido olvidar en este estudio un apartado dedicado a estos/as.
Sin embargo y afortunadamente, hemos de empezar por señalar que la situación de los y las menores no es equiparable a la de las personas adultas, principalmente por los siguientes motivos:
centros penitenciarios
como lugares aislados del tejido normalizado,
como medio
cerrado y segregador de la persona, no resultan
comparables
con los
centros de internamiento de menores, en los
cuales el
componente educativo de la intervención y la relación
con el exterior y
con los recursos
comunitarios determinan la atención, estableciendo una
clara diferencia
con relación a aquellos.
constituye en sí misma un lugar patógeno que desencadena y activa determinados síntomas, agrava trastornos mentales previos (en
cuanto hecho estresante,
convivencia forzada, aislamiento, inactividad…) o genera otros trastornos, en especial adaptativos.
Como c
onsecuencia de este análisis, la situación de los y las menores no nos lleva a recomendar la c
reación de estructuras específicas de atención, sino a insistir en la necesidad de dar respuesta a los mismos desde la red sociosanitaria normalizada. Por ello, en este apartado ponemos el acento en la prevalencia de la enfermedad.