3.6. Brecha digital de apropiación
Continuando con el análisis desde la perspectiva del modelo de empoderamiento digital, un tercer estadio de madurez es el de la apropiación de las TIC. Esto es, ese momento en el que las personas son conscientes de que las TIC les reportan unos beneficios y mejoras a sus vidas, motivándoles a hacer un uso más intensivo y avanzado de ellas. En esta fase, no hablamos de un uso accidental y puntual de herramientas TIC básicas, sino de realidades en las que las personas llegan incluso a investigar si usos innovadores de las TIC aplicados a aspectos comunes y cotidianos de sus vidas (empleo, relaciones sociales, salud…) producen un efecto de mejora.
Por tanto, para abordar el análisis de la brecha digital de apropiación, hemos querido averiguar cuáles son los motivos que se encuentran detrás de esas personas que se conforman o han alcanzado un uso básico de las TIC y no pueden o no desean avanzar más en su particular proceso de maduración digital.
Para ello, hemos vertebrado el análisis en torno a aquellos aspectos que hemos considerado claves en la apropiación de las TIC:
¿Es consciente la gente de que se encuentra inmersa en un itinerario de empoderamiento digital y que tiene capacidad o necesidad de continuar avanzando? Un 15,4% de la población encuestada declara que no percibe ninguna necesidad de seguir aprendiendo o profundizando en el uso de las TIC, se conforman con lo que actualmente está a su alcance. Este porcentaje nos habla también de un amplio sector de la población vasca usuaria de Internet que sí reconoce necesidad o deseo de seguir aprendiendo. ¿Y cómo lo hacen?
El 94,5% de la población declara que el aprendizaje sobre TIC ha sido mayoritariamente autodidacta (o combinando esta metodología con acciones formativas puntuales). Un hecho predominante especialmente en los grupos de edad más jóvenes. Cuando ponemos el foco de análisis en las acciones formativas públicas o privadas destinadas a la formación TIC, personas mayores y personas con diversidad funcional son quienes hacen uso de esta modalidad en mayor medida.
¿Y es entendido este proceso de aprendizaje como un continuum que requiere de una actualización constante? Lo que deja bien claro las cifras es que, al menos, esta actualización no se vincula a la realización de cursos. Un 53,3% de la población encuestada que ha realizado cursos sobre TIC lo ha hecho hace más de dos años, de los cuales un 33,7% ha realizado el último curso hace más de cinco años.
Hemos querido investigar si se percibe la conexión entre las competencias TIC y su utilidad en ámbitos vitales como el empleo. Así, ante la pregunta de si cree que tiene las competencias digitales que requiere el mercado laboral actualmente, un 15% declara que no, junto a un 25% que dudan o directamente no lo saben. ¿Y conocen dónde deberían acudir para adquirir dichas competencias? Un 25,7% de las personas encuestadas declara no saber a dónde acudir en caso de tener que adquirir dichas competencias digitales aplicadas al mundo laboral.
(Ilustración 6)
Personas de 16 y más años usuarias de Internet por respuesta a la pregunta “¿Sabría dónde adquirir los conocimientos sobre competencias digitales que el mercado laboral demanda hoy en día?” (%), 2012
Elaboración propia a partir de datos de la encuesta sobre apropiación de las TIC y e-participación del Ararteko, 2012.
Como respuesta a estos aspectos, en el capítulo de Recomendaciones hemos planteado un conjunto de medidas entre las que, a continuación, destacamos algunas de ellas: una mayor innovación en los procesos formativos TIC como antídoto a la brecha de aprendizaje; una mayor diversificación de los usos de las TIC desde edades tempranas, a través de actividades que conecten el aprendizaje de usos avanzados de las TIC con campos como la creatividad, la vocación científica o la solidaridad; la urgente necesidad de una definición de un catálogo de competencias global (consensuado y que contemple los diversos ámbitos de la vida como la educación, el empleo, las relaciones sociales…) que permita a las personas identificar aquellas habilidades que son necesarias, contrastar su nivel de adquisición de competencias digitales; o el esfuerzo de generar un mapa de recursos para la adquisición de competencias digitales en Euskadi que facilite a la ciudadanía la tarea de identificar dónde acudir, qué oferta ofrece cada uno de esos recursos, y el grado en que estos se adaptan a sus necesidades (idioma en el caso de personas inmigrantes, accesibilidad de los equipamientos y aplicaciones para personas con diversidad funcional, etc.).