EspañolE-inclusión y participación ciudadana en las esferas social y pública a través de las TIC en Euskadi2013-06-213.6. Brecha digital de apropiaciónContinuando con el análisis desde la perspectiva del modelo de empoderamiento digital, un tercer estadio de madurez es el de la apropiación de las TIC. Esto es, ese momento en el que las personas son conscientes de que las TIC les reportan unos beneficios y mejoras a sus vidas, motivándoles a hacer un uso más intensivo y avanzado de ellas. En esta fase, no hablamos de un uso accidental y puntual de herramientas TIC básicas, sino de realidades en las que las personas llegan incluso a investigar si usos innovadores de las TIC aplicados a aspectos comunes y cotidianos de sus vidas (empleo, relaciones sociales, salud...) producen un efecto de mejora.Por tanto, para abordar el análisis de la brecha digital de apropiación, hemos querido averiguar cuáles son los motivos que se encuentran detrás de esas personas que se conforman o han alcanzado un uso básico de las TIC y no pueden o no desean avanzar más en su particular proceso de maduración digital.Para ello, hemos vertebrado el análisis en torno a aquellos aspectos que hemos considerado claves en la apropiación de las TIC:<ul><li>La percepción de utilidad de las TIC. A este respecto, el 13,5% de la población usuaria de Internet encuestada durante el proceso de investigación, afirma que el uso de Internet y del resto de las TIC no ha supuesto ninguna mejora o ventaja en sus vidas. Un porcentaje que asciende preocupantemente hasta un 20% en el caso de las personas mayores de 55 años. Por otra parte, el 65,5% de las personas inmigrantes usuarias de Internet afirma que las TIC han mejorado especialmente sus relaciones sociales, si bien no creen que les favorezca la búsqueda de empleo o sean el origen de una mejora en sus condiciones laborales en Euskadi. Una reflexión que es compartida por la población de Euskadi usuaria de Internet con estudios primarios o inferiores, entre los cuales solo el 1,3% percibe que las TIC haya mejorado su situación laboral. ¿Qué se esconde entonces detrás de estas cifras? El análisis nos muestra que existe una clara correlación entre el nivel de conocimiento sobre las TIC y su frecuencia de uso y la percepción de los beneficios de su uso (un conocimiento TIC más básico y una baja frecuencia de uso se corresponden con una baja percepción de utilidad o impacto en nuestra calidad de vida). Esta afirmación se evidencia, por ejemplo, en un mayor reconocimiento de la utilidad de las TIC en usos avanzados como la tramitación con las administraciones, realización de gestiones con la banca, búsqueda de empleo, o realización de compras por Internet entre aquellas personas con un perfil de conocimiento TIC alto, y que realizan un uso intensivo de estas herramientas. Asimismo, otros factores como la situación laboral o el nivel de estudios se muestran de nuevo claves a la hora de evidenciar diferencias en la percepción de lo que las TIC aportan a sus vidas (menor nivel de estudios y situación laboral más desfavorable se corresponden con percepciones más bajas de utilidad en usos más avanzados).</li><li>La percepción del riesgo de no usarlas. Otro de los criterios que pueden ser considerados como generadores de brecha digital en la apropiación de las TIC es el hecho de ser conscientes de que si no integramos las TIC a nuestras vidas, podríamos estar perdiendo oportunidades en diferentes ámbitos de nuestras vidas (relaciones sociales, trabajo, estudios, etc.), o incluso incrementar nuestras posibilidades de padecer una brecha social. Cuando le preguntamos a la ciudadanía de Euskadi sobre cuáles son los principales riesgos de no usar las TIC, los tres primeros puestos de su ranking están ocupados por: la falta de información, quedarse obsoletos y desactualizados, y el aislamiento social. En otras palabras: no estar bien informados, no estar actualizados y no contar con unas buenas relaciones sociales. Un 11,1% declara no creer que ello implique algún tipo de desventaja o riesgo. Al tratar de ponerle cara a este porcentaje, descubrimos (tal y como se muestra en el informe) que son precisamente aquellos colectivos más vulnerables a sufrir brechas digitales los no relacionan el no uso de las TIC con ningún tipo de riesgo.Cuando profundizamos un poco más y preguntamos a la población usuaria de Internet si creen que el hecho de no usar las TIC podría ser un factor agravante de la brecha social, tan solo el 56,5% de la población lo cree así.</li></ul><ul><li>El conocimiento de cuáles son las competencias digitales que yo necesito, mi nivel de adquisición de dichas competencias, así como el reconocimiento de las competencias que me falta por adquirir, y cómo y dónde adquirirlas. Un dato relevante, sin duda, es que el 56,8% de la población encuestada se declara como usuario/a básico/a de TIC. Según factores demográficos y socioeconómicos, los perfiles que en mayor medida se identifican como usuarios básicos son las personas jubiladas y mayores, mujeres, personas con estudios primarios o inferiores, inmigrantes y personas con algún tipo de diversidad funcional. Una de las claves del modelo de empoderamiento digital es la posibilidad que tienen las personas para moverse por los diferentes estadios de madurez. Ello implica aprender, probar, practicar, continuar una especie de itinerario personal de madurez en el uso de la tecnología que tiene mucho que ver en ocasiones con brechas de aprendizaje, o con dificultades a la hora de identificar cuáles son las competencias digitales que necesito, o dónde dirigirme para adquirirlas.</li></ul>¿Es consciente la gente de que se encuentra inmersa en un itinerario de empoderamiento digital y que tiene capacidad o necesidad de continuar avanzando? Un 15,4% de la población encuestada declara que no percibe ninguna necesidad de seguir aprendiendo o profundizando en el uso de las TIC, se conforman con lo que actualmente está a su alcance. Este porcentaje nos habla también de un amplio sector de la población vasca usuaria de Internet que sí reconoce necesidad o deseo de seguir aprendiendo. ¿Y cómo lo hacen?El 94,5% de la población declara que el aprendizaje sobre TIC ha sido mayoritariamente autodidacta (o combinando esta metodología con acciones formativas puntuales). Un hecho predominante especialmente en los grupos de edad más jóvenes. Cuando ponemos el foco de análisis en las acciones formativas públicas o privadas destinadas a la formación TIC, personas mayores y personas con diversidad funcional son quienes hacen uso de esta modalidad en mayor medida.¿Y es entendido este proceso de aprendizaje como un continuum que requiere de una actualización constante? Lo que deja bien claro las cifras es que, al menos, esta actualización no se vincula a la realización de cursos. Un 53,3% de la población encuestada que ha realizado cursos sobre TIC lo ha hecho hace más de dos años, de los cuales un 33,7% ha realizado el último curso hace más de cinco años.Hemos querido investigar si se percibe la conexión entre las competencias TIC y su utilidad en ámbitos vitales como el empleo. Así, ante la pregunta de si cree que tiene las competencias digitales que requiere el mercado laboral actualmente, un 15% declara que no, junto a un 25% que dudan o directamente no lo saben. ¿Y conocen dónde deberían acudir para adquirir dichas competencias? Un 25,7% de las personas encuestadas declara no saber a dónde acudir en caso de tener que adquirir dichas competencias digitales aplicadas al mundo laboral.(Ilustración 6)Personas de 16 y más años usuarias de Internet por respuesta a la pregunta ¿¿Sabría dónde adquirir los conocimientos sobre competencias digitales que el mercado laboral demanda hoy en día?? (%), 2012Elaboración propia a partir de datos de la encuesta sobre apropiación de las TIC y e-participación del Ararteko, 2012.Como respuesta a estos aspectos, en el capítulo de Recomendaciones hemos planteado un conjunto de medidas entre las que, a continuación, destacamos algunas de ellas: una mayor innovación en los procesos formativos TIC como antídoto a la brecha de aprendizaje; una mayor diversificación de los usos de las TIC desde edades tempranas, a través de actividades que conecten el aprendizaje de usos avanzados de las TIC con campos como la creatividad, la vocación científica o la solidaridad; la urgente necesidad de una definición de un catálogo de competencias global (consensuado y que contemple los diversos ámbitos de la vida como la educación, el empleo, las relaciones sociales...) que permita a las personas identificar aquellas habilidades que son necesarias, contrastar su nivel de adquisición de competencias digitales; o el esfuerzo de generar un mapa de recursos para la adquisición de competencias digitales en Euskadi que facilite a la ciudadanía la tarea de identificar dónde acudir, qué oferta ofrece cada uno de esos recursos, y el grado en que estos se adaptan a sus necesidades (idioma en el caso de personas inmigrantes, accesibilidad de los equipamientos y aplicaciones para personas con diversidad funcional, etc.).