Introducción
Como bien es sabido llamamos Tercer Sector al conjunto de entidades privadas que se dedican a la intervención social. Al Tercer Sector se le define de muchas formas y casi siempre aparecen conceptos tales como: “sociedad civil organizada”, “organizaciones de interés social”, economía social, ONGs, “organización y participación ciudadana”, “organización con o sin ánimo de lucro” (pero sin ánimo de lucro sobre todo), etc.
El mensaje central que quiero trasmitir en esta comunicación se distribuye y ramifica en tres aspectos o elementos que considero más relevantes.
• Voy a destacar en primer lugar la legitimidad y bondad intrínseca de la existencia del Tercer Sector en nuestra sociedad. La fundamentación de esta legitimidad viene dada en primera instancia desde una comprensión amplia e incluyente, democrática y plural, del modelo de sociedad que tenemos. Por otro lado, la bondad de la presencia y actuación de las Entidades del Tercer sector se demuestra en la aportación positiva que dichas Entidades realizan a diario al conjunto de la sociedad con el reconocimiento mayoritario a dicha labor.
• En segundo lugar voy a tratar de poner sobre la mesa la necesidad de una mejor y mayor articulación de lo público y lo privado en la línea de reforzar el modelo de colaboración y mutuo apoyo entre el Primer y Tercer Sector: Administración y Entidades Sociales.
• En tercer lugar, trataré de referirme de manera más específica, de acuerdo a mi pequeña experiencia y ubicación, a la aportación que realiza una Entidad como Cáritas en la acción social que lleva a cabo en buena sinergia con la Administración y otras Entidades en la atención a las personas y familias más necesitadas del territorio con la aportación de sus recursos y la singularidad de su modelo de intervención social. Situando esta intervención social en el marco de esta crisis de calado que venimos padeciendo y con la previsión de los grandes retos que tenemos delante.
Sirva como pequeño apunte en este inicio, la frase que estaba grabada en un dispensario en Mali y que tuve la ocasión de visitar recientemente: “Solo, se llega antes; juntos, se llega más lejos”. Nuestro propósito es y seguirá siendo la opción por unir fuerzas en una acción tan noble y humana como es la de contribuir a mejorar y dignificar las condiciones de vida de todos los ciudadanos desde la opción por las personas más necesitadas y desde la perspectiva de los derechos humanos. Ponemos en nuestra valoración de prioridades la necesidad de caminar juntos para llegar más lejos en esta pretensión de conseguir entre todos una sociedad más cohesionada que haga posible un verdadero desarrollo integral a escala humana, es decir, que responda a “toda la persona y a todas las personas”.