2.- LA REACCIÓN. LA CUESTIÓN SOCIAL: EL MOVIMIENTO OBRERO Y LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO
Cuestión Social cuyos dos pilares básicos fueron los que luego se transformarían en trascendentales procesos históricos: de un lado, la organización del proletariado industrial para su autotutela colectiva en el llamado “movimiento obrero”; de otro lado, la imprescindible intervención del Estado a través de una legislación protectora del trabajo asalariado, la llamada “legislación obrera”.
El movimiento obrero surgió como tal movimiento organizado en el momento en el que la clase obrera existente tomó auténtica conciencia de clase y la convicción de que era posible luchar de modo directo contra el sistema mediante una resistencia consciente, a través de la constitución de organizaciones de clase, que luego derivaría en el sindicalismo y en los partidos obreros.
La intervención del Estado comienza a producirse, paradójicamente, en el momento de mayor auge de los postulados del liberalismo político. La primera legislación obrera –en España la Ley Benot de 1873– responde a una concepción meramente defensiva del Estado liberal, que puede explicarse así: el capitalismo se siente amenazado por la reacción del movimiento obrero ante las condiciones de miseria extrema y explotación y decide ceder a tiempo en lo menos –en las condiciones de v
ida y de trabajo del proletariado– para poder conservar lo más –el propio sistema de producción mediante el trabajo asalariado por cuenta ajena–.
Pero esta primera intervención del Estado en la regulación de las condiciones de trabajo del proletariado supondría, a la postre, un cierta transformación efectiva de los rígidos postulados iniciales del Estado liberal y la apertura hacia la consolidación de un nuevo sistema normativo y el posterior asentamiento histórico del Estado social de derecho.