Los movimientos sociales y su contribución al sostenimiento del Estado social. Caso: Harresiak Apurtuz
FRANCY FONSECA
Harresiak Apurtuz
El presente documento expondrá cómo desde Harresiak Apurtuz–Coordinadora de O
NG de Euskadi de Apoyo a Inmigrantes se trabaja de forma constante para el sostenimiento del Estado de bienestar con el que se cuenta hasta el momento y que está en presunto proceso de desmantelamiento, de transformación.
Para dar forma a la exposición se dividirá el documento en tres partes: una primera, donde se presenta la o
rganización y la noción de sociedad de la que se parte; una segunda, de cómo se posiciona el movimiento social ante la situación que se vive, para pasar a relatar –en una tercera parte– lo que son los logros y retos en la construcción de la mejor sociedad posible y en el mantenimiento de los derechos sociales básicos. El documento finaliza con una breve reflexión, a modo de cierre.
I. Harresiak Apurtuz y la noción de sociedad de la que se parte
La Coordinadora de O
NG de Euskadi de Apoyo a Inmigrantes–Harresiak Apurtuz, nace hace más de 15 años, con carácter no lucrativo y con el fin principal de aunar fuerzas entre el incipiente movimiento social vinculado con las migraciones y construir colectivamente una sociedad más respetuosa de los derechos de las personas inmigrantes.
Las entidades que hacen realidad la Coordinadora forman parte del llamado Tercer Sector de Acción Social, concebido como “iniciativas en activo de la sociedad civil, con autonomía de gestión e independencia, de carácter no lucrativo y, por norma general, voluntario; y que o
rientan su actividad a la intervención social en sentido amplio, lo cual implica que tienen por finalidad la mejora del entorno social desde campos muy variados” (OTSBizkaia, 2011, pág. 7).
A lo largo de estos 15 años, los o
bjetivos fundacionales de la Coordinadora se han vuelto mucho más fuertes y coherentes. Hoy día ya son 63, las entidades sociales que la conforman. Estas, entidades de apoyo y asociaciones de inmigrantes, se encuentran distribuidas a lo largo de la CAPV; con mucha más implantación en Bizkaia.
Diversidad y o
rientación transformadora
Dos son las características principales del entramado social que conforma Harresiak Apurtuz: por un lado, se trata de entidades de apoyo y asociaciones de inmigrantes, con una orientación transformadora en sus acciones. Y, por o
tro lado, con una composición y acción muy diversa, que favorece una contribución diferencial.
En primer lugar, el “reconocimiento” de este elemento transformador es lo que hace que cada una de las entidades sea capaz de trabajar conjuntamente con las o
tras, a favor del bien común, del interés colectivo y desde el respeto. En ese caminar cotidiano se viven acciones informativas, formativas, derivativas, folklóricas, lúdicas, de sensibilización y de incidencia política, como partes fundamentales de un todo. Partes reconocidas por las personas, las asociaciones y la Administración, como herramientas diferentes de encauzar distintas necesidades hacia un norte más o
menos consensuado.
Por o
tra parte, la diversidad que denota la composición y la propia cartera de acciones de las entidades de apoyo y las asociaciones de inmigrantes, constituye o
tro elemento fundamental que da cuenta, de forma fiel, de lo que sucede en la propia sociedad. Encontramos pues un movimiento social asimétrico, con una constitución diversa, un tamaño heterogéneo, unos enfoques fundacionales distintos y que atienden a la diferentes necesidades de las personas inmigrantes y en diferentes momentos de sus proyectos migratorios.
La conjugación de ambas características hace que el trabajo común solo sea posible si se logra construir una base consensuada de la cual partir y si se trabajan de forma constante, los procesos de fortalecimiento, individual y grupales, al tiempo que el empoderamiento y el reconocimiento mutuo.
Así pues, entre todas las entidades de apoyo y asociaciones de inmigrantes que forman parte de la Coordinadora, se trabaja día a día por un o
bjetivo común: la lucha por el mantenimiento de los derechos de todas las personas y, muy especialmente, por la defensa de los derechos del colectivo inmigrante; en el empeño de contribuir en la construcción de una sociedad más justa.
Pero si bien se parte de un ideal de sociedad abierta: inclusiva, justa, plural, intercultural, participativa y solidaria; no hay que o
bviar las condiciones estructurales que marcan –de forma real– el contexto social en el que viven las personas inmigrantes.
Un contexto desalentador
La Ley O
rgánica de Extranjería y su reglamento regulador es la norma estatal que marca la vida y la posibilidad de integración de las personas inmigrantes en el Estado español. Esta norma, reformada en 2009 (2/2009, de 11 de diciembre) y puesta en marcha su reglamento en 2011, restringe los derechos de las personas inmigrante, mercantilizando su estadía en el territorio español y negando derechos fundamentales como el de vivir en familia o
acceder regularmente a un puesto de trabajo.
En contexto de crisis, esta norma coercitiva se convierte en la justificación más utilizada para avivar discursos xenófobos y racistas; al tiempo que para rechazar la permanencia de las personas inmigrantes en territorio español.
Pero no conformes con esta Ley O
rgánica, hace unos pocos días el Gobierno Español ha decretado un nuevo recorte en materia sanitaria, que excluye –aún más– a las personas más desfavorecidas. El Real Decreto-Ley 16/2012 “por el que se establecen medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones”, ratificado en el Congreso de los Diputados el pasado 17 de mayo, dejará sin cobertura sanitaria a las personas inmigrante en situación irregular, a partir del día 1 de septiembre del año en curso.
Entonces, ¿cómo seguir hablando de Estado de bienestar o
de Estado de derecho social, si las y los propios legisladores se encargan de dictar medidas restrictivas que siguen afectando a las y los más débiles?
Y como esto no solo pasa a nivel del Estado, en la CAPV también se ha vivido estos últimos años, retrocesos o
paradas importantes en las garantías mínimas sociales que se han alcanzado a lo largo de la lucha por los derechos sociales.
A final de la legislatura de 2008 se aprueban, la Ley de servicios Sociales y la Ley 18/2008, de 23 de diciembre, para la Garantía de Ingresos y para la Inclusión Social; cuyo desarrollo reglamentario queda en manos del nuevo equipo de gobierno. Bajo el paraguas de la primera se ha estado desarrollando la cartera de prestaciones sociales, el mapa de servicios sociales, el plan estratégico y el sistema de copago. No o
bstante, al día de hoy, y con el fin de la legislatura en puertas, parece que por fin se vislumbra un acuerdo de mínimos para sacar adelante la cartera de servicios sociales, del cual todas y todos seremos usuarios y beneficiarios.
Por o
tra parte, la segunda Ley, que tiene que ver con la aplicación de la Renta de Garantía de Ingresos y los planes de inclusión social, se reglamentó en 2010; sin embargo, a propósito de la transferencias de competencias al Servicio Vasco de Empleo Público–Lanbide, sufrió una reforma en 2011 que sirvió para aumentar el requisito de empadronamiento para acceder a la prestación social. Situación que afecta, directamente, a las personas inmigrantes en situación irregular.
De hecho, Ekain–Redes para la Inclusión Social (de la que forma parte Harresiak Apurtuz), denunció en ese momento a través de una nota de prensa:
“Las REDES PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL EN EUSKADI denuncian la situación de desprotección social a la que se ve abocada una parte importante de la ciudadanía:
Con la excusa de una o
ptimización del sistema vasco de bienestar social, la persecución del fraude y la limitación de la solidaridad en tiempos de austeridad, se ha introducido un cambio fundamental en el espíritu de la Ley aprobada en 2008 con un amplio consenso político; que pasa de ser una apuesta por la protección y las garantías sociales, a ser un elemento de criminalización de la pobreza.
Se han incrementado los requisitos de entrada y permanencia de las familias y las personas en el sistema de protección social de Euskadi, atendiendo a criterios de eficiencia y economía presupuestaria, sin entrar a valorar las situaciones globales que afectan a quienes están solicitando tal prestación”. (mimeografiado, 2011)
Así pues, la población inmigrante no solo se ve afectada por una Ley de Extranjería que le impide el acceso a un puesto de trabajo hasta no cumplir 3 años de residencia y solicitar la documentación a través del arraigo, sino que esta población ahora tiene que esperar también 3 años para poder acceder a la Renta de Garantía de Ingresos, único medio que tenía hasta la fecha para poder llevar una vida digna; al tiempo que luchar contra el tope de ayuda por unidad familiar, lo que supone una dificultad adicional en los temas de acceso a la vivienda y al empadronamiento.
Muchos han sido los argumentos esgrimidos por el Gobierno, Español y Vasco, para justificar los recortes sociales y las leyes criminalizadoras. Desde la racionalización de los recursos hasta la lucha contra el fraude y, más recientemente, contra el turismo sanitario. La realidad es que “gracias” a estas políticas sociales o
rientadas al recorte de prestaciones, muchas más personas –que ya tenían una situación precaria– ahora se quedan en una situación de abandono y de desprotección total.
En el siguiente apartado se abordará cómo se trabaja en Harresiak Apurtuz desde esta realidad tan poco halagüeña.
II. Ante esta situación de creciente desprotección cómo se posiciona el movimiento social vinculado con la Coordinadora
No es fácil describir de forma exhaustiva qué conduce a las personas inmigrantes a la situación en la que hoy día se encuentran; ni tampoco es sencillo acercarse a las posibles soluciones. Lo que sí es importante es partir del reconocimiento del movimiento social y su articulación en red como un elemento fundamental para mantener la o
rientación colectiva de los intereses globales y su capacidad de introducir en la agenda política lo que considera de interés público.
Tal y como comenta Pedro Ibarra (2011, pág. 193) “(…) hay democracia cuando existe de forma habitual una serie de prácticas colectivas –espacios públicos, deliberativos– en las que los ciudadanos construyen y definen con los gobernantes –en confluencia o
en conflicto– el interés o
intereses colectivos”.
Así pues, Harresiak Apurtuz pretende ser ese espacio de cohesión que aglutine a las entidades del ámbito de las migraciones y a través de la cual se pueda tener una interlocución con la Administración que conlleve resultados positivos para las personas inmigrantes.
Si pensamos pues en la forma en que el movimiento social vinculado con las migraciones y que se aglutina en torno a Harresiak Apurtuz intenta atajar la situación de crisis del Estado social, podría o
rganizarse la respuesta en dos dimensiones:
• Como entidad de segundo nivel:
– Diagnosticando: de forma permanente y, por tanto, cambiante para que los resultados o
btenidos sirvan de base a los procesos de denuncia que se realizan.
– Participando en los espacios de gobernanza: porque son en estos lugares comunes con la Administración donde se realizan acciones de incidencia directa y donde se discuten las reformas que afectan a las personas inmigrantes. Tal y como comenta Pedro Ibarra (2011) el tejido asociativo aporta a estos espacios públicos las agendas, ideas, deliberaciones y voces. “En ese espacio público se construye autonomía política, y en él se lleva a cabo un proceso razonado y colectivo de construcción y definición de un bien público político” (Pedro Ibarra. 2011, pág. 202).
– Denunciando públicamente: a través de campañas que permitan poner en conocimiento de la población en general la situación de vulnerabilidad que vive el colectivo inmigrante y la violación de sus derechos más fundamentales, partiendo de la base de la ciudadanía inclusiva.
– Incidiendo y sensibilizando: reclamando la responsabilidad pública de los diferentes niveles del gobierno (local, foral, autonómico y estatal), en la garantía del bienestar de todas las personas y, por tanto, de parte de su ciudadanía (las y los inmigrantes); al tiempo que sensibilizando a diferentes niveles de la sociedad, de forma tal que se incida en los prejuicios, estereotipos y rumores que existen en torno a la inmigración.
– Y por último, pero no menos importante, trabajando en red: conjugando esfuerzos con o
tras redes y plataformas del ámbito de la acción social. En palabras de Pedro Ibarra, generando capital social, actuando de forma cooperativa, las personas y las asociaciones.
• No o
bstante, las propias asociaciones del primer nivel, que conforman Harresiak Apurtuz tienen sus propias estrategias para atajar la situación de crisis actual y contribuir con el sostenimiento del Estado social, a saber:
– Tejiendo sinergias entre ellas: para aunar recursos materiales y superar los recortes presupuestarios. Los mismos que están afectando la contratación de recursos humanos y el mantenimiento de servicios dirigidos a las personas más desatendidas.
– Atendiendo a las población más desfavorecida: aunque lamentablemente no con el aumento de los servicios sino con el ajuste de los perfiles de atención para dar cabida en los programas a las y los más necesitados.
– Participando en la recogida de información: que luego se traslada a la red de segundo nivel para fortalecer las campañas de denuncia pública.
– Participando en los espacios de trabajo abiertos por la Coordinadora: tanto en aquellos más concretos como en los espacios de interlocución con la Administración.
– Participando en los espacios de movilización y denuncia: llevando la información a las y los usuarios de sus servicios, como a la población en general. También procurando la participación de estas personas en las movilizaciones que se preparan desde el segundo nivel y desde o
tras plataformas de reacción social.
Sobre todo, vale la pena rescatar que desde los dos espacios, desde el segundo y el primer nivel, se trabaja por:
• El reconocimiento de las personas inmigrantes como sujetos de derechos: por lo que se evita tratarles como usuarias y usuarios; y se intenta integrarles directamente en las acciones que se emprenden, desde el propio diseño de las mismas. No o
bstante, aumentar la implicación del colectivo inmigrante continúa siendo un reto que se explicitará más adelante.
• El acercamiento al colectivo inmigrante y su realidad desde el reconocimiento de sus derechos: como parte de la ciudadanía. De ahí que el enfoque prioritario de Harresiak Apurtuz y las entidades que la conforman esté o
rientado hacia la promoción del concepto de la ciudadanía inclusiva y desde la provisión de las protecciones sociales para todas y todos, en igualdad de condiciones.
• Lo que conduciría a la necesaria inclusión activa: desde el empoderamiento, desde el reconocimiento, desde la percepción del fenómeno de la inmigración como un elemento estructural de la sociedad y no coyuntural, que amerita de cada vez más políticas de asentamiento integradoras; y no solo de políticas de integración normalizadoras.
III. Logros y retos en la construcción de la mejor sociedad posible
En el marco de lo anteriormente descrito se pueden enumerar algunos logros en el sostenimiento del Estado de bienestar y muchos retos que siguen pendientes.
Algunos logros
Entre los logros más importantes y en consonancia con los o
bjetivos de la Coordinadora se pueden mencionar:
• El reconocimiento del ámbito de la inmigración como una dimensión social en la que hay entidades con capacidad de interlocución: producto de la cohesión de las entidades, al tiempo que de una toma de conciencia de las capacidades personales y o
rganizacionales, de las entidades de apoyo y las asociaciones de inmigrantes.
En este sentido, merece la pena mencionar la incorporación de la Coordinadora en espacios de gestión y de negociación (espacios de gobernanza); la referencia que o
frece a los medios de comunicación o
la presencia cada vez más fluida en espacios formativos, de la universidad o
que o
rganizan o
tras entidades y agentes sociales (por ejemplo y recientemente: jornadas Ararteko, participación en Máster de participación de UPV o
en programas de formación del O
TSBizkaia o
entidades como el Centro Ellacuría).
• En estos 15 años de funcionamiento, Harresiak Apurtuz ha logrado y sigue trabajando por mantener un impacto democrático claro: incrementando y densificando la calidad democrática; porque construye espacio público. En este sentido, la Coordinadora y las entidades que la conforman desarrollan sus acciones sobre la base de tres ejes: la acción o
rganizativa, la acción en el espacio público y la participación con y en la Administración.
• Interlocución directa con la Administración en espacios de gobernanza: autonómicos, forales y locales. La o
cupación de estos espacios públicos y el trabajo de grupo que conlleva permite que la voz de un número importante de entidades sea escuchada. Facilita el traspaso de información desde las entidades de atención directa a la población inmigrante, hasta aquellos o
tros con quienes tienen la labor y la o
bligación de legislar.
En este sentido merece la pena mencionar: la Mesa de Diálogo Civil del Gobierno Vasco, donde se trabaja la política pública vinculada con el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, aunque cada vez más va adquiriendo un carácter transversal; la Mesa de Diálogo Civil de la Diputación Foral de Bizkaia y, en un ámbito más local, el Consejo de Inmigración del Ayuntamiento de Bilbao. En cada uno de estos espacios, Harresiak Apurtuz aporta la visión de la interculturalidad, desde la noción de sociedad compartida (y explicitada más arriba); al tiempo que contribuye a estructurar los debates e incidir en las políticas que se desarrollan para que afecten positivamente a la población inmigrante.
En estos espacios se participa como red de segundo nivel vinculada con la inmigración pero, a algunos de estos espacios se lleva la visión de una tercera red en la que se participa: la Red Ekain–Redes para la Inclusión Social en Euskadi. Que nace con la pretensión de aunar posturas y reforzar contenidos que afectan a las personas que están en situación de vulnerabilidad, riesgo y/o exclusión social.
Este punto es de especial interés porque, reforzando la idea anterior de reconocimiento del sector y siguiendo la línea de análisis de Pedro Ibarra (2011, pág. 202), “la esfera pública genera más capacidad de aportar información contrastada y juicios autónomos que la producida por el poder político y el mercado. (…) los actores colectivos en ella inmersos son capaces de guiar con su autonomía y pretensiones de universalidad a los limitados y predeterminados discursos provenientes del Estado y el mercado”.
• Sensibilización: como una herramienta de denuncia pública de las injusticias que generan las diferentes normativas; y también, de generación de
En cuanto a este tema se puede mencionar la labor de denuncia por la aprobación de ciertas leyes, a través de campañas concretas: “Aquí no sobra nadie”, por la aprobación de la Ley O
rgánica de Extranjería y su reglamento; “Por el derecho al voto”, para denunciar la desigualdad en el ejercicio de los derechos políticos de las personas inmigrantes o
, más recientemente, la campaña de denuncia contra el RD 16/2012 que deja sin acceso a la sanidad a las personas inmigrantes en situación irregular.
Siguen siendo retos
Desde Harresiak Apurtuz no se pierde la perspectiva; entendiendo que aunque se ha logrado mucho en materia de cohesión, posicionamiento y sensibilización social, esos mismos ámbitos constituyen retos de futuro.
La implicación de las asociaciones de inmigrantes y de las propias personas inmigrantes es una de los grandes quebraderos de cabeza de la red. En este sentido, se abren espacios de participación para atender necesidades concretas y se buscan los mejores mecanismos de incorporación de todas las visiones en los posicionamientos comunes que se adelantan como Coordinadora. Sin embargo, todavía queda pendiente conjugar ese aporte diferencial que las asociaciones de inmigrantes realizan al conjunto del sector y ver cómo se puede integrar en la visión más reivindicativa de Harresiak Apurtuz.
Empezando por la idea de que todas las asociaciones son diferentes, en la Coordinadora existe un criterio muy abierto para su integración. Esto es positivo en la medida en que las entidades que se acercan a este espacio de trabajo colectivo no suelen encontrar dificultades para entrar y comenzar a trabajar conjuntamente. Sin embargo, es una dificultad a la hora de consensuar posturas o
llegar a acuerdos mínimos en torno a situaciones públicas y colectivas.
Las entidades de la Coordinadora equilibran, cada una a su manera, las diferentes capacidades de: construir comunicación, representar realidades diferenciadas, representar a sus colectivos o
resistir.
Por o
tro lado pero en el mismo sentido, lograr la participación directa de las personas inmigrantes, tanto en las entidades, como en los grupos de trabajo, como en las actividades de sensibilización y de movilización todavía sigue pendiente. En este caso hay que luchar con los miedos y respetar los procesos. Los miedos que produce una ley de extranjería que carga contra las personas y que podría romper el proyecto migratorio y la ilusión de quien pudiera ser identificada en la calle y recibir una o
rden de expulsión. O
el proceso que significa para una persona inmigrante re-vincularse y sentirse parte activa de la sociedad en la que vive.
En este último sentido, el respeto a los procesos tiene también que ver con entender que la conciencia individual y política es producto de una historia de vida y que, no por el mero hecho de ser inmigrante se la tiene desarrollada. Es verdad que estando en esta sociedad y viviendo las dificultades de tener una vida digna es posible que, forzosamente, las personas inmigrantes se vean vinculadas con acciones de reclamo de sus derechos, pero –no necesariamente– eso significa que al lograr una estabilidad, su implicación con el reconocimiento de los mismos prevalezca.
Otro de los retos que es necesario reconocer tiene que ver con la complejidad de llegar a posicionamientos comunes, lo que hace que en no pocas o
casiones sea preciso rebajar el nivel de exigencia para dar cabida al mayor número de entidades de apoyo y asociaciones de inmigrantes posible, así como también, a o
tros actores y agentes, de o
tros ámbitos sociales que se precisan en la lucha por los derechos de todas y todos.
Y, finalmente, uno de los mayores retos que siguen pendientes es el de los discursos. Los medios de comunicación y el ámbito político, completamente legitimados a nivel social, se encargan a diario de generar conciencia colectiva e imaginario común en torno a las migraciones. Luchar contra los estereotipos que refuerzan es una tarea ardua, difícil y fácilmente borrable. De ahí la importancia de mantenerlo como un elemento primordial en el quehacer diario de la Coordinadora y en diseñar las mejores estrategias para que no se apague la voz de contraste social.
A MODO DE CIERRE. Por el mantenimiento de los derechos sociales básicos
Finalmente, sería interesante cerrar este documento en positivo: por un lado, reconociendo el importante papel que juega el movimiento social en el mantenimiento del Estado de bienestar; por la lucha en la que apuesta por dar voz a los que más dificultades tienen y por la labor de denuncia y posicionamiento ante las legislaciones restrictivas y los recortes sociales.
Por o
tro lado, porque son las entidades sociales las que ahora mismo están respondiendo, a veces no de forma complementaria sino en exclusiva, a las demandas inminentes de las personas. De aquellas personas que se están quedando desamparadas debido a la legislación y debido a la primacía que los mercados están teniendo sobre las propias personas.
Para que la sociedad de bienestar pueda seguir en marcha y siendo las ideas de Tony Jud (2010) es preciso que:
a) se recupere la confianza: en las personas y en quienes administran el Estado;
b) aumente la reciprocidad: para que el bien común vuelva a estar nuevamente por encima del beneficio individual;
c) se empleen a fondo todos los mecanismos conocidos para disminuir la desigualdad: ya que las brechas económicas entre las personas fracturan y corrompen la sociedad.
En este o
rden de ideas trabaja Harresiak Apurtuz, con el apoyo de las entidades sociales y las asociaciones de inmigrantes que también cree que o
tro mundo es posible, que se reconocen, se respetan y generan acciones para contribuir diferencialmente a lograrlo.
BIBLIOGRAFÍA
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