El número de expedientes de queja a
instancia de parte (esto es, excluidos los expedientes de oficio a
biertos a
iniciativa de la institución y demás a
ctuaciones que conforman la a
ctividad global del A
rarteko) en los que, de manera expresa, se cita la presencia o implicación de niños, niñas y a
dolescentes a
lcanza en 2012 la cifra de 300 que, respecto a
la totalidad de los presentados en la institución del A
rarteko supone casi el 10,2% de éstos. Conviene señalar que en este cómputo se han incluido dos supuestos:
a. Las quejas presentadas directamente por a
dolescentes y jóvenes.
b. Las quejas presentadas por personas que representan a
las personas menores. En una importantísima proporción esta persona es su padre o su madre, a
unque también se da el caso de otros familiares y educadores/educadoras.
No han sido contabilizadas, a
unque sí merecen ser tenidas en cuenta, las 1.010 reclamaciones relacionadas con los dispositivos de lucha contra la exclusión social y presentadas por familias en las que, en un a
lto porcentaje, existen menores. Son muchos los estudios que relacionan la escasez de recursos económicos y la falta de a
cceso a
bienes materiales con dificultades para disfrutar, en igualdad de oportunidades, de los derechos a
la educación y a
la salud, entre otros. A
demás, los contextos de pobreza y exclusión social a
fectan a
las familias y a
l bienestar de niños y niñas en otros as
pectos como el de las relaciones familiares y sociales, incrementando su vulnerabilidad frente a
l maltrato, la violencia y el a
bandono escolar. A
esta realidad compleja dedicaremos un capítulo especial de este informe, a
cercándonos a
los principales indicadores que podrían dar luz sobre el impacto que la crisis económica y de empleo está teniendo en la vida de los niños y niñas vascos.
En relación con quién presenta la queja, podemos a
firmar que en 2012 un 20% de estas ha sido presentado por la o el propio menor que, en la práctica totalidad de los casos, se encuentra en los límites de la mayoría de edad legal. De entre estos, a
lgo más del 80% se refieren a
problemas relacionados con sus procesos de emancipación y el resto a
dificultades surgidas en el a
cceso la formación profesional de grado superior. El 80% restante de las quejas son presentadas por personas a
dultas, que refieren situaciones en las que hay menores a
fectados. De éstas, 26 ó el 10,9% trasladan situaciones que a
fectan a
varios niños, niñas o a
dolescentes, esto es, a
un colectivo concreto de éstos, y tienen por titular a
una as
ociación, organismo colectivo, o un particular que a
ctúa como representante del grupo de personas a
fectadas.
(Gráfico 1)
Distribución de las quejas según relación con el o la menor
Fuente: elaboración propia
La distribución de los expedientes por á
mbitos temáticos, cuyo a
nálisis pormenorizado constituye el núcleo fundamental del a
partado 2.2. de este informe, es conforme a
lo reflejado en el siguiente gráfico:
(Gráfico 2)
Distribución de las quejas según á
mbito temático
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Fuente: elaboración propia
De las 300 quejas recibidas y con la información disponible a
la fecha de redacción de este informe, 29 han sido rechazadas, encontrándose el resto ya cerradas (con sus diversos resultados) o en a
lguna de las fases de su tramitación.
(Gráfico 3)
Porcentaje de quejas rechazadas y a
dmitidas a
trámite
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Fuente: elaboración propia
Las tres principales causas para la no a
dmisión de las quejas, en la medida en que a
glutinan a
l 76% de éstas, son: la evidente inexistencia de irregularidad (48,28%), el encontrarse pendiente de resolución judicial (13,79%) y la no realización de reclamación previa o necesidad de esperar el cumplimiento de plazos legales de respuesta (13,79%). Del 25% restante, 2 se encuentran fuera del á
mbito competencial de a
ctuación de la institución, otras dos son a
nónimas, lo que imposibilita su consideración, y las restantes se reparten a
partes iguales entre las remitidas el Defensor del Pueblo para que, dada su competencia sobre los as
untos expuestos, las investigue si lo considera pertinente, las concernientes a
conflictos entre particulares y la falta de interés legítimo en la cuestión denunciada.
En todo caso, a
un cuando en estos casos no se haya podido proceder a
una investigación o intervención de la situación presentada en la queja y prescindiendo de a
quellas rechazadas por evidente inexistencia de irregularidad, el a
nálisis de las quejas no a
dmitidas a
trámite a
porta una información valiosa respecto a
situaciones en las que los derechos de los ciudadanos y ciudadanas pueden estar viéndose comprometidos.
Por otro lado, es criterio de esta Defensoría que, con independencia de que los impedimentos competenciales señalados permitan o no tramitar formalmente una reclamación, siempre que comprobemos su fundamento debemos proporcionar a
quien la plantee toda la a
yuda que esté en nuestra mano. De esta forma tratamos de que nuestra intervención, a
unque no siempre pueda referirse directamente a
l motivo de insatisfacción manifestado, resulte efectiva a
l menos en relación con la incidencia que éste pueda tener en su vida. A
esta finalidad responden a
lgunas de las a
ctuaciones de las que damos cuenta en las páginas siguientes.
(Gráfico 4)
Quejas rechazadas: motivos del rechazo
Fuente: elaboración propia
Para finalizar, conviene precisar que la mayor parte de nuestra a
ctuación tiene su origen en estas quejas de las que hemos dado cuenta. No obstante, cuando tales quejas nos muestran problemas que pueden trascender el supuesto individual o, incluso, salta la a
larma social en relación con a
lguna situación en la que entendemos se puede estar viendo comprometido a
lguno de los derechos de la infancia, el plan de a
ctuación del A
rarteko prevé iniciar expedientes de oficio. De ellos daremos cuenta a
l hilo de la exposición temática del a
partado siguiente.