1. Introducción
Cambio brusco en el c
urso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente; mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales; situación de un asunto o proceso c
uando está en duda la c
ontinuación, modificación o c
ese; momento decisivo de un negocio grave y de c
onsecuencias importantes; juicio que se hace de algo después de haberlo examinado c
uidadosamente; escasez, c
arestía; situación dificultosa o c
omplicada. Todo esto es una c
risis, en sus distintas acepciones, según la Real Academia Española.
De varios factores depende c
uál de estas acepciones definirá mejor la c
risis económica que ahora nos toca vivir. Uno de esos factores, seguramente el más importante, es el papel que los derechos humanos desempeñen en su gestión y en la búsqueda de una salida para la misma.
Desde hace tres o c
uatro años, el Ararteko está siendo testigo de la dimensión humana y social de la c
risis económica. La insoportablemente alta tasa de desempleo, el adelgazamiento de las c
uentas públicas, y los recortes/ajustes en servicios de interés general, entre otras realidades, están teniendo un efecto palpable en el disfrute por parte de la c
iudadanía de los derechos humanos, particularmente de los derechos socioeconómicos. El notable incremento de las reclamaciones c
iudadanas en 2011 (26%) responde en buena medida al c
onsiderable aumento de las actuaciones en ámbitos c
omo educación (38%), vivienda (54%) y atención a personas en situación o riesgo de exclusión social (320%)123. Aproximadamente el 55% del trabajo desarrollado por la Defensoría del Pueblo del País Vasco está relacionado c
on los derechos sociales.
La grave situación económica que vivimos no solo afecta a los bolsillos de las familias y de las pequeñas empresas. Sus efectos también son visibles en las arcas públicas. Todas las administraciones se están viendo obligadas a reordenar el gasto público aplicando c
riterios de máxima eficiencia. Es de c
rítica importancia, sin embargo, que dicha reordenación del gasto se lleve a c
abo atendiendo a las necesidades de la c
iudadanía, especialmente de las personas que dependen en mayor grado de la solidaridad social, y respetando de forma escrupulosa valores esenciales c
omo la dignidad, la libertad y la igualdad.
A través de este estudio el Ararteko reflexiona acerca de los principios de derechos humanos que deben guiar el diseño de las políticas públicas y, sobre la base de estos principios, presenta una serie de recomendaciones prácticas para los poderes públicos. Dicho c
ometido necesariamente excede del ámbito c
ompetencial de las administraciones públicas de la C
omunidad Autónoma Vasca. El Ararteko c
onfía, no obstante, en que las administraciones del ámbito de esta C
omunidad Autónoma (a nivel local, foral y autonómico) encuentren en este estudio un referente útil para el diseño de sus políticas.
Es necesario dotar de significado al c
ompromiso c
on los derechos humanos manifestado recurrentemente por los representantes políticos. Más allá del discurso, una apuesta decidida por los derechos humanos tiene una serie de implicaciones prácticas que los poderes públicos deberían hacer suyas para honrar sus c
ompromisos.
1 Ararteko, Informe 2011 al Parlamento Vasco, 2012, p. 25.