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Que la situación económica alemana se presente como modelo en el contexto de la eurocrisis ignora algo tan básico como las vivas diferencias entre sistemas capitalistas existentes en el seno de la eurozona. Los sistemas denominados de “capitalismo mediterráneo” de países como Portugal, España, Italia o Grecia, no pueden compararse con las “economías coordinadas” del norte de Europa, como Alemania, mucho más organizadas, con un sistema de salarios integrado en el sector privado y una educación y formación profesional organizadas hacia aquel. A ello se suma una mayor capacidad de acuerdos sindicales en materia de salarios y jornadas. Esa mayor organización general interna permite formular estrategias impensables en el Sur y es lo que define la ventaja comparativa de Alemania en la manufactura en su contexto europeo. Alemania tiene una estructura económica particular; industrial, exportadora, con fuertes empresas medianas y pequeñas que son líderes mundiales y también con grandes consorcios multinacionales. Trasplantar sus recetas a otros países europeos sin atender a las diferencias estructurales, es tan absurdo como pretender convertir en España a Andalucía en un País Vasco. Ignorar la diferencia interna de capitalismos y pregonar un modelo del Norte para todos con reformas estructurales ortodoxas, es no comprender lo más básico: la propia realidad y diversidad de Europa67.
La actual euro-receta alemana contra la crisis, centrada en la política de austeridad y en la disciplina para imponerla, no parece entender la diferencia existente entre países de una unión monetaria y empresas. Como dice Heiner Flassbeck, ex secretario de Estado alemán de finanzas y actual economista de la UNCTAD, “Alemania no ha entendido que la competición entre naciones en una unión monetaria como la eurozona, es ir contra tus clientes”. De momento el superávit comercial alemán aguanta gracias al incierto crecimiento de la demanda en China y otros lugares, pero la ruina de los socios europeos podría volverse a medio plazo contra ella, pues Alemania exporta la mitad de su producto nacional y el 40% de esa mitad se vende en Europa68. Mientras tanto, su aplicación está siendo desastrosa para los países del sur de Europa y lo será también para la cohesión europea. El caso del “rescate de Grecia” es paradigmático.
La sociedad de ese país se siente, “como en un laberinto con todas las salidas bloqueadas”. Con la aplicación de la receta alemana, los salarios se han recortado entre un 20% y un 25%, la producción ha caído un 11%, la recaudación fiscal un 18% desde el año pasado, 60.000 empresas han cerrado desde verano, los funcionarios sufren impagos durante meses, en los hospitales, que acusan el recorte del 40% del presupuesto de sanidad en 2010, falta material, y en las escuelas libros. Más del 70% del dinero ahorrado se destina al pago de la deuda, sin embargo la deuda no disminuye, sino que aumenta: era del 120% del PIB en 2010, y es del 170% del PIB en 2012, después de dos años de ajuste69.
El “rescate de Grecia” es el seudónimo del gran capítulo europeo del rescate público del sector financiero en el que la austeridad de los pobres, no responsables de la crisis, paga los platos rotos. El grueso de los 199.000 millones del segundo fondo de “rescate a Grecia” (130.000 millones del propio fondo, más 69.000 millones de restos no utilizados del primero e importe de cambio de bonos), se destina a los bancos: 93.000 millones para la quita de los creditores privados, 35.000 millones en garantías de bonos depositados en el BCE, 23.000 millones para recapitalizar a los bancos griegos, 30.000 millones para incentivar el canje de bonos viejos por nuevos y 5.500 millones para pagar viejos intereses de deuda70.
La degradación griega, que ahora comienza en España y otros países del Sur, genera a la vez un encarecimiento especulativo del pago de la deuda y un flujo de dinero de dirección inversa al que se produjo en Europa durante los años de la burbuja inmobiliaria. Si entonces el dinero del superávit exportador alimentaba la especulación inmobiliaria con un rio de capital de dirección Norte a Sur, ahora es el dinero asustado del sector privado del Sur el que busca refugio en la deuda pública alemana, que se refinancia a intereses de risa gracias a la miseria de sus socios del euro71.
67 Sobre la diversidad de capitalismos en la eurozona, véase Hall y Soskice, 2001, o Wendy Carlin, 2011. Understanding the Eurozone crisis. También la intervención de Carlin ante la reunión anual del INET en Berlín: The Future of Europe, North & South, abril 2012.
68 Heiner Flassbeck, en Germany and Japan and the Exhaustion of Debtor Countries. INET, reunión de Berlín, 13-04-2012.
69 Ver, entre otros, Maria Margaronis en The Nation 13-02-2012.
70 Financial Times Deutschland, en febrero 2012.
71 Alemania ganó 18.000 millones de euros entre principios de 2010 y mediados de 2011, gracias a los bajos intereses de su deuda que la crisis de los otros hace posible. Si la tendencia para los bonos a seis años se mantuviera baja hasta 2015, el país se ahorraría unos 44.000 millones en costes de interés. Estimación del Landesbank Bremen y de Die Welt, 08-11-2011.