La sostenibilidad del Estado social
VICENÇ NAVARRO
Catedrático de Pol
íticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Pol
íticas Públicas de The Johns Hopkins University
El fenómeno conocido en los medios de comunicación como “la crisis del euro” está afectando a todos los países de la Eurozona y, muy en particular, a los países de la periferia de la Eurozona, Portugal, Irlanda, Grecia y España (conocidos en la literatura anglosajona como PIGS). Estos países se encuentran sumergidos desde hace cuatro años en una profunda crisis económica y financiera de la cual tienen grandes dificultades para salir. Mucho se ha escrito sobre las causas de tal situación, pero la bibliografía más extensa en el análisis de este tema ha sido la literatura científica de ciencias económicas, que ha analizado la crisis del euro como un fenómeno predominantemente monetario y económico y no como un fenómeno pol
ítico. En realidad, el contexto pol
ítico de tal crisis es determinante en la génesis y desarrollo de tal crisis y sus consecuencias en los países PIGS.
Estos países tienen unas características pol
íticas comunes y diferenciales que explican que estén ahora sumidos en la Gran Recesión. Todos ellos han tenido gobiernos totalitarios o autoritarios o profundamente conservadores durante muchos años. En estos países, las fuerzas conservadoras han sido, durante gran parte del siglo XX, las fuerzas dominantes en su vida económica, financiera y pol
ítica. España es un ejemplo de ello. Durante 40 años estuvo gobernada por una dictadura ultraconservadora que se caracterizó por una enorme represión (por cada asesinato pol
ítico que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000)3 y por una escasísima sensibilidad social. Tal dictadura terminó en 1978, tras una Transición de una dictadura a una democracia que fue muy incompleta4. Tal Transición se hizo bajo el dominio de las fuerzas conservadoras que controlaban los principales aparatos del Estado, las cuales continuaron teniendo una gran influencia sobre las pol
íticas económicas, fiscales y judiciales del Estado. Este dominio de las fuerzas conservadoras ha provocado que durante años, los ingresos al Estado en España sean de los más bajos de la UE-15, solo el 34% del PIB, comparado con el 44% en la UE-15 y el 54% en Suecia5 (ver cuadro 1).
Cuadro 1. Ingresos al Estado como porcentaje del PIB (2009)
INGRESOS AL ESTADO COMO PORCENTAJE DEL PIB (2009) | |
UE-15 | 44% |
España | 34% |
Grecia | 37% |
Portugal | 39% |
Irlanda | 34% |
Suecia | 54% |
Fuente: Eurostat, 2012.
Consecuencia de los bajos ingresos al Estado y de las pol
íticas públicas subfinanciadas que se han llevado a cabo durante estos años, se ha conseguido un Estado social pobre (parte de las rigideces del Estado se basan en su pobreza) y muy poco redistributivo6. En realidad, el Estado español es de los menos redistributivo de la UE-15 (el grupo de países de semejante desarrollo económico al nuestro). Y es de los que tratan más favorablemente las rentas del capital y las rentas superiores del país. Su fraude fiscal concentrado en las rentas superiores es de los más altos de la UE-15 (según los técnicos del Ministerio de Hacienda del Estado español, el fraude de las grandes empresas representa el 72% de todo el fraude)7. Esto ocurre también en mayor o menor grado en los otros países PIGS.
Cuando el dictador –el General Franco– murió, España tenía el gasto público social más bajo del grupo de países que conformarían más tarde la Unión Europea 15. Mucho se ha hecho desde entonces. Pero España, después de treinta y dos años en democracia, continúa teniendo el gasto público social como porcentaje del PIB más bajo de la UE-15. El gasto social como porcentaje del PIB en 2008, fue el 22,7% en España, el 25,9% en Grecia, el 24,3% en Portugal y el 22,1% en Irlanda, porcentajes, todos ellos, menores que el promedio de la UE-15, 27%, y mucho menores que el de Suecia, 29,3%, que tiene el gasto público social más elevado de la UE-158 (ver cuadro 2).
Cuadro 2. Gasto social como porcentaje del PIB (2008)
GASTO SOCIAL COMO PORCENTAJE DEL PIB (2008) | |
UE-15 | 27,00% |
España | 22,70% |
Grecia | 25,90% |
Portugal | 24,30% |
Irlanda | 22,10% |
Suecia | 29,30% |
Fuente: Eurostat.
El porcentaje de la población adulta que trabaja en los servicios públicos del Estado (sanidad, educación, entre otros) representa solo el 9% de la población en edad de trabajar, el porcentaje más bajo de la UE-15 (cuyo promedio es del 15%), en Grecia el 14% (debido al elevado número de personal en las fuerzas armadas), en Portugal el 7% y en Irlanda el 12%. Todos ellos, de nuevo, porcentajes menores que el existente en el promedio de la UE-15, 15%, y mucho menores que en Suecia, que es el 25%9 (ver cuadro 3).
Cuadro 3. Empleo público como porcentaje de la población adulta (2008)
EMPLEO PÚBLICO COMO PORCENTAJE DE LA POBLACIÓN ADULTA (2008) | |
UE-15 | 15% |
España | 9% |
Grecia | 14%* |
Portugal | 7% |
Irlanda | 12% |
Suecia | 25% |
* El 30% de los empleados públicos en Grecia trabajan en el sector de Administración Pública y Defensa.
Fuente: Datos obtenidos a partir de la OIT y Eurostat.
Esta pobreza del Estado conlleva muchas consecuencias. Una de ellas es el subdesarrollo de sus Estados del bienestar. Definir a estos países como exuberantes en su gasto público, como han sostenido varios autores (como Sala i Martín10), es un error fácilmente demostrable mirando los datos11. Mírese como se mire, España y los otros países PIGS están a la cola de la Europa social.
El déficit social en España como consecuencia de la pol
ítica fiscal
Una de las consecuencias de la pobreza del Estado ha sido su endeudamiento. Si el Estado español ingresara lo que ingresa el promedio de la UE-15, necesitaría endeudarse mucho menos, disminuyendo así su déficit y su deuda, y podría destinar una parte mucho mayor de los ingresos a financiar el Estado del bienestar. Si el Estado español tuviese ahora la pol
ítica fiscal y la población activa de Suecia ingresaría 200.000 millones de euros más de los que ingresa, permitiendo un Estado del bienestar mucho más desarrollado.
Con tales fondos el Estado podría (además de reducir el déficit) emplear a cinco millones trabajadores más de los que hay actualmente en los servicios del Estado del bienestar (en España solo un adulto de cada diez trabaja en tales servicios. En Suecia es uno de cada cuatro), con lo cual prácticamente habría desaparecido el desempleo, que se sitúa en cinco millones y medio.
Las pol
íticas fiscales de los países periféricos de la Eurozona también tienen similitudes muy marcadas entre sí, pues los países gobernados durante largos periodos por fuerzas conservadoras han tendido a gravar las rentas del trabajo muy por encima de lo que han gravado las rentas del capital. Un indicador de ello es que un trabajador de la manufactura paga ya en España el 74% del nivel de gravación que tiene su homólogo en Suecia, el país que tiene mayor carga fiscal. El trabajador de la manufactura del promedio de la UE-15 paga alrededor del 88% de su homólogo en Suecia. En cambio, el 1% de renta superior que obtiene la mayoría de sus rentas del capital, paga en España únicamente el 20% (en teoría, porque en la práctica es un número menor, el 10%) de lo que paga su homólogo en Suecia. El promedio de la UE-15 es un 70%12. Se puede ver con estos datos el sesgo enormemente regresivo de la pol
ítica fiscal en España, una situación que se repite en aquellos otros países. La regresividad de su pol
ítica fiscal es la causa de la pobreza de sus Estados (ver cuadro 4).
POLÍTICA FISCAL | |||
España | UE-15 | Suecia | |
Ingresos al Estado | 35% PIB | 44% PIB | 54% PIB |
(Trabajador de la manufactura) | 74% | 88% | 100% |
Impuestos (1% de renta superior) | 20% | 70% | 100% |
Fuente: Eurostat.
El déficit y la deuda española
Las pol
íticas fiscales seguidas en España durante los últimos 20 años, iniciadas por el presidente José María Aznar, continuadas por el presidente Jose Luis R. Zapatero y apoyadas por el Partido Popular en la oposición han disminuido los impuestos lo cual ha contribuido a crear el déficit estructural del Estado. Tal déficit había quedado oculto debido a la expansión de los ingresos al Estado consecuencia del elevado crecimiento económico que acompañó a la burbuja inmobiliaria. Ahora bien, cuando tal burbuja explotó, el déficit estructural apareció en toda su dimensión y crudeza.
El mayor problema que tiene la economía española, sin embargo, no es el déficit público, sino el bajo crecimiento económico y el elevado desempleo, consecuencia del bajo estimulo económico. Además, la reducción del gasto público que se imponiendo por el Gobierno Rajoy y que está contribuyendo a retrasar la recuperación económica. Esta reducción de gasto público, incluyendo gasto público social, se justifica por la supuesta necesidad de reducir el déficit público. Pero, otra alternativa de bajar el déficit sería aumentar los ingresos al Estado a base de aumentar los impuestos. Esta alternativa no es considerada con el mismo fervor por las autoridades públicas que la reducción de gasto público, incluido el gasto público social. Esta observación es de particular relevancia en estos momentos en que se ha hecho una enmienda a la Constitución Española (como respuesta a la presión del Gobierno conservador-liberal alemán), en el que se fuerza al Estado español a equilibrar sus cuentas, sin permitirle sostener un déficit. Tal medida se ha presentado por sus defensores como una medida equilibrada que no tiene por qué afectar negativamente al Estado del bienestar español. Tal argumento ignora, sin embargo, que en la historia de España, siempre que se ha reducido el déficit público, se ha conseguido a base de recortar el gasto público y muy en especial el gasto público social y no a base de aumentar sus impuestos.
El caso más reciente de ello fue la reducción del déficit público a principios de la década de los años noventa a fin de cumplir los requisitos de Maastricht. En el año 1995 la diferencia de gasto público entre España y la UE-15 era de 1.793 unidades de poder de compra (es decir, euros estandarizados por su poder de compra, unidad utilizada para homologar la capacidad adquisitiva del euro en países de distinto nivel de riqueza económica). Este déficit aumentó considerablemente, alcanzando la elevada cifra de 2.256 upc en 2001, permaneciendo en este nivel hasta 2004, cuando, resultado de un crecimiento muy notable del gasto público social durante el primer periodo del gobierno socialista, descendió a 1.845 upc en 2007, déficit que, por cierto, era incluso mayor que en 1997 (ver cuadro 5)13.
Cuadro 5. Déficit del gasto en protección social por habitante entre España y
el promedio de la UE-15, en unidades de poder de compra. 1995-2007
Fuente: Eurostat.
Este cuadro muestra cómo la reducción del déficit (condición requerida para que España pudiera entrar en el euro) se hizo a costa de reducir el gasto público social por habitante, incrementándose el déficit de tal gasto entre España y el promedio de la UE-15. En otras palabras el euro se construyó a base de reducir el gasto público social por habitante, es decir, a base de reducir el Estado del bienestar y la protección social en España.
Un tanto semejante ocurre ahora cuando la crisis del euro quiere resolverse a base de reducir el gasto público social disminuyendo la protección social.
Resultado de esta situación es que el Estado español se gaste en su Estado del bienestar menos de lo que le corresponde por su nivel de desarrollo económico. No es cierto que España viva por encima de sus posibilidades y que no pueda permitirse el nivel de gasto público social que tienen otros países de la Unión Europea y por ello deba conformarse con el escaso desarrollo de los servicios del Estado del bienestar. En realidad el PIB per cápita es el 94% del promedio de la UE-15 (2008). En cambio, su gasto público social por habitante no es el 94% del promedio de la UE-15 sino el 74%. Si fuera el 94%, el Estado español se gastaría 66.000 millones de euros más en financiar su subfinanciado Estado del bienestar. No es cierto por lo tanto que el Estado del bienestar esté más desarrollado que lo que los recursos en España permiten. Antes al contrario, el Estado del bienestar en España es pobre aunque el país ya es rico.
Las causas de la crisis económica
Una de las principales causas de la crisis económica actual deriva de la creciente desigualdad de renta entre la población durante los últimos 20 años14. Así, en España, la desigualdad de renta se ha incrementado en los últimos años como consecuencia de la disminución de las rentas del trabajo. El porcentaje de tales rentas sobre la renta nacional ha disminuido del 69% al 61%, un descenso más notable que en el promedio de la Unión Europea que bajó del 69,7% al 64,6%15 (ver cuadro 6).
Cuadro 6. Participación de las rentas del trabajo sobre la renta nacional
Fuente: AMECO.
La disminución de las rentas del trabajo, se ha visto acompañada por un aumento significativo de los beneficios empresariales en toda la Eurozona. Durante el periodo 1999-2006, los beneficios empresariales aumentaron un 33,2% en la media de la UE-15 y un 36,6% en la zona euro. Mientras, los costes laborales aumentaron solo un 18,2%. Una situación incluso más acentuada se da en España donde durante el mismo periodo 1999-2006, las empresas vieron aumentar sus beneficios netos un 73% (más del doble de la media de la UE-15, un 33%. Mientras que los costes laborales aumentaron durante este mismo periodo solo un 3,7% (cinco veces menos que en la UE-15, un 18,2%)16.
Esta disminución de rentas del trabajo sobre la renta nacional (ligada al aumento de los beneficios empresariales) ha provocado en los últimos años, no solo el endeudamiento de la población de clase trabajadora, sino también el aumento de la pobreza entre la ciudadanía (y el aumento de la desigualdad de renta), escasamente corregida por las intervenciones fiscales o por las transferencias y servicios del Estado del bienestar.
La pobreza según los datos de Eurostat afectaría a un 24% de la ciudadanía si las transferencias públicas del Estado a la ciudadanía no existieran en España. Una vez se incluyen estas transferencias, la pobreza baja a solo un 20% de la población. Es decir, que estas transferencias tienen un impacto reductor muy limitado, solo 4 puntos, comparado con los 9 puntos de reducción en la UE-15 (que pasa de 25 a 16) y los 14 puntos en Suecia (que pasa de 27 a 13) (ver cuadro 7).
Cuadro 7. Tasas de pobreza
TASAS DE POBREZA (2009) | ||
Pobreza antes de transferencias sociales | Pobreza después de transferencias sociales | |
España | 24 | 20 |
UE-15 | 25 | 16 |
Suecia | 27 | 13 |
Fuente: Eurostat.
Esto explica que España sea uno de los países de la UE-15 con mayor tasa de pobreza y una menor tasa de reducción de la pobreza. El coeficiente de Gini (que mide las desigualdades de un país, siendo mayores a medida que el número es más elevado) muestra que España es uno de los países que tiene un Gini más elevado (31,3, comparado con 29,2 en el promedio de la UE-15)17 (ver cuadro 8).
Cuadro 8. Coeficiente de Gini
COEFICIENTE DE GINI | |||
2005 | 2006 | 2007 | |
Portugal | 38,1 | 37,7 | 36,8 |
Grecia | 33,2 | 34,3 | 34,3 |
Irlanda | 31,9 | 31,9 | 31,3 |
España | 31,8 | 31,2 | 31,3 |
Promedio UE-15 | 29,1 | 29 | 29,2 |
Fuente: Eurostat.
El descenso de las rentas del trabajo, que provocó el aumento de las desigualdades de renta y un gran crecimiento del endeudamiento por parte de las clases populares fue acompañado con un gran crecimiento de las rentas del capital y, por lo tanto, de las rentas de los grupos más pudientes de la población que derivan sus rentas de la propiedad del capital. Esta pol
arización de las rentas fue uno de los hechos que contribuyeron al desencadenamiento de la crisis, pues la baja rentabilidad del capital productivo (consecuencia del descenso de la demanda) explica que las inversiones se hicieran en un sector especulativo, como el sector inmobiliario. Ahora bien, cuando la burbuja inmobiliaria explotó, el nivel de crédito colapsó aumentando todavía más el endeudamiento de las familias, que ya en ese momento se encontraban con unos índices de endeudamiento muy elevados debido a la especulación inmobiliaria18. La desaparición del crédito contribuyó a la enorme reducción de la demanda en el sector privado que generó la recesión, destruyéndose gran cantidad de empleo.
Crisis financiera: el enriquecimiento de la banca vs. el endeudamiento de los Estados
La burbuja inmobiliaria creó una situación artificial de riqueza, aumentando los ingresos al Estado. Este incremento dio pie a la reducción de los impuestos que favorecieron predominantemente a las rentas del capital y a las rentas superiores, facilitando todavía más la concentración de las rentas19. Pero tal reducción de los impuestos también determinó el incremento del déficit estructural del Estado, déficit que quedó oculto detrás del crecimiento de ingresos debido a la favorable situación económica creada por la burbuja inmobiliaria (ver cuadro 9).
Cuadro 9. Déficit público como % del PIB
DÉFICIT PÚBLICO COMO % PIB | ||||
2000 | 2005 | 2007 | 2009 | |
UE-15 | 0,8 | -2,4 | : | : |
Irlanda | 4,8 | 1,6 | 0 | -14,4 |
Grecia | -3,7 | -5,2 | -6,4 | -15,4 |
España | -1 | 1 | 1,9 | -11,1 |
Portugal | -2,9 | -6,1 | -2,8 | -9,3 |
Fuente: Eurostat.
Pero cuando la burbuja inmobiliaria estalló la situación se revirtió creando una crisis financiera, además de una crisis económica. El comportamiento especulativo de la banca, que se dedicó a prestar dinero a destajo, ahora le estaba pasando factura. La falta de liquidez de la banca, debida a las dificultades de la ciudadanía en devolver el dinero prestado, estaba provocando la falta de crédito, sin la cual la economía no funcionaba. Paradójicamente, los bancos y las cajas no tenían dinero. De ahí que los Estados “rescatasen” a los bancos y cajas, con el fin de evitar el colapso del sistema financiero. Estos han recibido, a lo largo de los últimos años, billones de euros en Europa y de dólares en EE. UU. Nunca antes se había absorbido tanto dinero público por parte del sistema financiero.
Pero esta absorción de capital público por parte de la banca privada no ha supuesto una contrapartida en aumento de crédito privado, tanto a las empresas como a los ciudadanos. La falta de crédito ha continuado, provocando un descenso más significativo aún de la demanda. Además, estos “rescates” a la banca han enriquecido todavía más a la banca (de lo que ya lo había hecho durante su actividad especulativa con la burbuja inmobiliaria), pues el aumento de la deuda pública, provocado por el déficit estructural, ha determinado que los propios Estados hayan tenido que solicitar créditos a la banca privada, la cual ha aumentado de manera significativa los intereses por estos créditos, obteniendo grandes beneficios a costa de los préstamos a los Estados20.
La disminución de los ingresos al Estado, consecuencia de la disminución drástica de la demanda provocada por la crisis económica, así como el aumento de los intereses de la deuda pública (con los cuales el sistema financiero se está enriqueciendo a costa del Estado) han provocado un aumento del déficit del Estado muy notable. Este déficit, según la ideología dominante en la mayoría de instituciones de la Unión Europea y gobiernos europeos, debe reducirse de forma drástica, pues según esta ideología es la única forma que tienen los Estados para salir de la crisis económica y financiera. De esta forma, las alternativas propuestas por los diferentes gobiernos de la Unión únicamente ven los recortes de gasto como forma para reducir el déficit y la deuda pública. Pero estos recortes no son la única alternativa, y mucho menos son la mejor alternativa, pues las consecuencias de los recortes en gasto público, y gasto público social, aumentarán la desigualdad de renta, la pobreza y provocarán el desmantelamiento del Estado del bienestar.
Los recortes son innecesarios y contraproducentes
España es uno de los países que está llevando a cabo los recortes de gasto público como solución a la crisis actual, planteando como único recursos la disminución del gasto público, sin tener en cuenta que tiene los recursos económicos con los cuales corregir el enorme déficit de gasto público en las transferencias y servicios públicos del Estado del bienestar, aunque no los esté recogiendo.
No es cierto, por lo tanto, que no existan alternativas para reducir el déficit del Estado, pues existen recursos suficientes para evitar estos recortes. Por ejemplo, el Estado congeló las pensiones para ahorrar 1.200 millones de euros, pero a la vez eliminó el impuesto sobre el patrimonio (2.100 millones), redujo los impuestos de sucesiones (2.552 millones) y bajó los impuestos de las personas que ingresan más de 120.000 euros al año (más de 2.500 millones). Con la recaudación de los impuestos que se eliminaron se podrían haber evitado la congelación de las pensiones.
Los recortes en la sanidad pública que intentan ahorrar 6.000 millones de euros, podrían haberse evitado anulando la bajada de impuestos de sociedades de las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año y que representan solo el 0,12% de todas las empresas (5.300 millones de euros).
Los recortes en sanidad, educación y servicios sociales que intentan ahorrar 25.000 millones de euros, podrían haberse evitado corrigiendo el fraude fiscal de por ejemplo las grandes fortunas, la banca y grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, que según los propios técnicos de la Agencia Tributaria española representan 44.000 millones de euros21.
Lo que estamos viendo es la enorme influencia de la banca y de la patronal, sobre el Estado español. Y que, en alianza con la banca y la gran patronal de los otros países de la Eurozona y de la Unión Europea, están forzando unas pol
íticas que significan un ataque frontal al Estado del bienestar. Tal alianza explica que se haya aprobado una reforma de la Constitución para forzar el equilibro presupuestario y la restricción de gasto, sin ninguna participación popular, que tendrá un impacto muy negativo en la calidad de vida y bienestar social de la población española.
Consecuencias del Pacto del Euro
La manera como se creó el euro fue la causa de que surgiera la especulación sobre la deuda pública. Una institución central en la creación del euro fue el Banco Central Europeo, el cual, por extraño que parezca, no es un Banco Central, sino en la práctica un lobby de la banca y, muy en especial, de la banca alemana. Ello explica que cuando imprime dinero lo presta predominantemente a los bancos y no a los Estados. En realidad, estos, a través de sus Bancos Centrales, no pueden imprimir dinero, con el cual compran su propia deuda a los bancos, estando totalmente desprotegidos. El diseño del euro y de la Eurozona estaba orientado para que ocurriera lo que está ocurriendo. Al impedírsele a un país que pudiera devaluar su moneda, este se vio en la necesidad de devaluar sus salarios y debilitar su protección social, (es lo que se llama la devaluación doméstica) favoreciendo a la banca (la cual tiene la posibilidad de especular con la variabilidad de intereses de la deuda pública). La especulación monetaria ha sido substituida por la especulación de la deuda pública.
Comenzó en Grecia, continuó con Irlanda, después Portugal, más tarde en España e Italia, ahora Francia y pronto Alemania. El problema de la deuda pública no es la deuda pública, sino la incapacidad de los Estados de poder defenderse frente a las estafas especulativas de la banca (llamada mercados financieros). Esta es la consecuencia del enorme dominio por parte del capital financiero de las instituciones de la Eurozona.
Las necesarias reformas y cambios en la Unión Europea
Existen soluciones para resolver la crisis económica y financiera y no pasan por recurrir a los recortes sociales y de derechos laborales, sino en desarrollar medidas alternativas, una de ellas es la redefinición o flexibilización del Pacto de Estabilidad, cuyas reglas son excesivamente restrictivas22, pues exigir a los países a que tengan un déficit no superior al 3% del PIB y una deuda no superior al 60% del PIB está basado en un criterio arbitrario (estos porcentajes eran los existentes en el promedio de la Eurozona en 1990).
Además, el Banco Central Europeo debiera ser un Banco Central que, como hace el Federal Reserve Board, tuviera como objetivo, no solo controlar la inflación, sino también estimular el crecimiento económico, con la habilidad de imprimir dinero y comprar bonos público en los Estados (bajando así los intereses que tenga que pagar el Estado23), ayudando a los Estados y colaborando en el establecimiento de los eurobonos. Debiera garantizarse la disponibilidad de crédito a las personas y a las empresas productivas y eliminando la actividad especulativa de las bancas. El BCE debería también perder su autonomía y responder frente a las peticiones del Parlamento Europeo, siendo sus actas públicas y mostrando con sus acciones la voluntad de responder ante la ciudadanía Europea.
Pero la solución no pasa únicamente por los cambios en el BCE, sino que debe hacerse una redistribución de las rentas, a base de un crecimiento de los salarios, de la protección social y del gasto público con el cual crear empleo, estimulando el crecimiento económico, realizando unas reformas fiscales no solo en España, sino también a nivel europeo, gravando, por ejemplo, las transacciones financieras que puedan generar especulación (desincentivando así las malas prácticas financieras).
Es también necesario llevar a cabo una reforma estructural del gobierno europeo, instando a que se constituya un presupuesto europeo que alcance como mínimo el 7% del PIB europeo, lo cual permita estimular el crecimiento económico y la creación de empleo, buscando el objetivo del pleno empleo en Europa.
Todas las pol
íticas que pueden llevarse a cabo en la Unión Europea requieren, para desarrollar una reforma estructural de las instituciones europeas, democratizarlas. Se necesita que las instituciones europeas den cabida a la coordinación de pol
íticas económicas y fiscales, bajo la dirección de una pol
ítica responsable a la convergencia de impuestos sobre el capital, que permita, a la vez, el desarrollo de convenios colectivos a nivel comunitario, estableciendo así un pacto social y laboral común para toda la UE.
3 Datos del Pr. Eduard Malekafis, Universidad de Columbia, en Nueva York.
4 Navarro, V. Bienestar Insuficiente, Democracia Incompleta. De lo que no se habla en nuestro país. Ed. Anagrama, 2002.
5 Datos obtenidos de Eurostat, 2012.
6 Ver Navarro, V. El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006.
7 Datos de GESTHA, Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda. 2011.
8 Datos obtenidos de Eurostat. 2012.
9 Navarro, V. El empleo público en España no es excesivo. Los errores del informe El Coste de la Administración Pública en España. www.vnavarro.org, (09-12-2009).
10 Sala i Martin, X. “Crisis: liderazgo pol
ítico”. La Vanguardia, 17-08-11.
11 Navarro, V. Globalización, Economía, poder pol
ítico y Estado del Bienestar. Ariel Colección Sociedad Económica año 2000.
12 Datos obtenidos de Eurostat.
13 Ver volúmenes I, II y III de La Situación Social en España.
14 George Irwin. Super Rich. The Rise of Inequalities in Great Britain and in the U.S. Pol
ity Press. 2007.
15 Datos de AMECO, Annual macro-economic database, Comisión Europea.
16 Datos obtenidos de Eurostat.
17 Datos obtenidos de Eurostat.
18 Daniel Gross “Europe’s Subprime Quagmire”. Social Europe Journal (07-04-2011).
19 John Weeks, “Mean, Median and Mode of Impoverishment: Why to Occupy Wall Street”. Social Europe, 17-10-11.
20 Ha-Joon Chang. 23 things they don’t tell you about capitalism. Ed. Allen Lane, 2010.
21 Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón. Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España. Ed. Sequitur, 2011.
22 Marc Weisbrot. “Spain’s troubles are Tied to Eurozone Pol
icies”. The Guardian (11-02-11).
23 Ellen Brown. “The European Central Bank withholds relief while Rome Burns”. Truthout | News Analysis (30-11-2011).