5.4. Las empresas
Otra de las conclusiones más relevantes de este estudio es comprobar cómo diverge de forma tan clara las interpretaciones que desde las empresas se dan a su forma de atención y actuación ante posibles reclamaciones, y las opiniones que se manejan en la población. Lo más llamativo, además, es que en parte, las entidades de defensa comparten esa opinión claramente negativa que surge continuamente entre las personas consumidoras.
5.4.1. Las explicaciones de las empresas
Las tres empresas consultadas han coincidido en apuntar que desarrollan un modelo de atención dirigido en primer lugar a satisfacer al cliente, apuntando que siempre que la persona tenga razón en lo que demanda.
"Las reclamaciones las atendemos, les damos solución, que no tiene que ser la que al usuario le guste. Y las soluciones en nuestro ámbito es cambiar el aparato por uno nuevo, o hacerle concesiones de tipo económico, para que las gestiones del servicio técnico sean más bajas, o incluso pagarles ese servicio al que hayan tenido que acudir" (Garoa, Empresa Tecnología).
Lucía, representante de la empresa de telefonía añade que, de hecho, para las empresas es necesario hacer este trabajo, porque negar los problemas que puedan estar apareciendo no tendría sentido, y sería contraproducente para la empresa.
"La filosofía es que el cliente tenga toda la facilidad de medios para hablar con nosotros, para ponernos una reclamación. Incluso hay gente que viene al edificio, y también se le atiende. Para nosotros, jugar al avestruz no merece la pena. Merece que los clientes estén satisfechos con el servicio, saber qué problemas están teniendo, si hay problemas masivos, como por ejemplo, si el error de procesamiento de una factura ha hecho que una promoción no haya ido bien. Para resolverlo rápido, es importante conocer qué está pasando. No tiene sentido poner trabas a que se pongan reclamaciones".
Nos explican que se hace publicidad de las formas de contacto con el Departamento de Atención al Cliente por varias vías, adaptadas según el sector del que se trate. Por ejemplo, en el caso de las compañías aéreas "se hace publicidad en la web, en los correos de confirmación, y también hay un mostrador en los aeropuertos a los que te puedes dirigir directamente. Se trata de facilitar este contacto" (Entrevistado de compañía aérea).
Y se apunta a que existen protocolos de obtención de estadísticas para analizar continuamente las reclamaciones resueltas y no resueltas. Además, la empresa de Tecnología está integrando un sistema de análisis cualitativo de las consultas y reclamaciones recibidas, para trascender el mero dato numérico y atender a los discursos de las personas, a las formas de atención, al protocolo de actuación, y de este modo identificar posibles mejoras dentro de los procedimientos.
"De hecho tenemos un servicio de encuestas a personas que hayan reclamado para ver si están satisfechos. El índice de insatisfacción es muy bajo. Intentamos que se cumplan los derechos que tienen, y creamos unos procedimientos para que a todos los usuarios se les trate por igual" (Garoa, Empresa Tecnología).
Todas las empresas apuntan a que tienen unos índices muy bajos de insatisfacción en los departamentos de atención al cliente. Sin embargo, tanto para las entidades como para las personas usuarias, es conocido que el tratamiento que dan a una reclamación en las empresas no es el mismo si proviene de una persona particular que si proviene de una OMIC o asociación. Por parte de las empresas, esto solo es reconocido explícitamente por Garoa, aunque indica que lo que cambia es el procedimiento que se sigue, no la respuesta:
"Las reclamaciones vía asociaciones llegan siempre por escrito, y van a otro centro, porque como hay que responderles por escrito, van vía abogado. Llevan otro camino las reclamaciones de entidades. Al final la solución es la misma, pero al ser algo institucional, tienes que registrar, justificar la entrada, cumplir unos plazos..." (Garoa, Empresa Tecnología).
5.4.2. La visión de las personas
Estas explicaciones, que muestran a las empresas como orientadas hacia las personas a las que prestan servicio, contrastan radicalmente con las interpretaciones que hemos encontrado "a pie de calle". Una tendencia muy generalizada ha sido, independientemente de que la resolución de su caso haya sido satisfactoria o no, a entender que las empresas hacen todo lo posible por no responder a sus responsabilidades. Así, Antonio apunta, refiriéndose a "las empresas", que "te engañan. Y te intentan agotar para que no reclames". Mientras, Luis indica que se aprovechan del desconocimiento de las personas en su favor:
"Saben perfectamente que no tenemos acceso a ese tipo de cosas que nos piden para demostrar nuestras quejas, lo hacen para que te canses. Debería hacerse mucho más fácil".
El objetivo de las empresas no es garantizar el cumplimiento de los derechos del cliente, y tratar que así fuera, se antoja ingenuo. Pero lo que tampoco debe pasar, y es lo que parece que se está dando, es que sean un obstáculo, una gymkana, como afirmaba Sara, cuando dichos derechos son reclamados por las personas.
Tecnología
El sector tecnológico ha sido el "mejor parado", o quizás el menos denunciado de forma directa. En esto puede influir que los diferentes agentes que intervienen en la resolución de una avería contribuyen a que las opiniones se difuminen entre el servicio técnico, el lugar de venta, y la empresa fabricante.
Sin embargo, Ainara, reclamante del sector de tecnología, y además, de productos de la empresa a la que entrevistamos, afirma que, aunque finalmente logró la sustitución de elemento defectuoso del aparato, la sensación que se le quedó del proceso fue negativa:
"Ya se te queda mala imagen de la marca. En las empresas, cuando va bien, todo genial, y si tú fallas, no pagas, tranquila que tienen poder para arreglarlo. Pero cuando son ellos, no tienen un dispositivo ágil, o sea si no tenemos la OMIC, nada. Y tampoco la OMIC es que tengan mucho poder".
Desde la EPB, además, apuntan que el proceso de reparación de un aparato tecnológico puede ser muy tedioso, ya que normalmente puede suponer tener que llevarlo a la tienda, de ahí que te puedan derivar o no al servicio técnico oficial, y en tal caso, puede que tengan que enviar el producto a otra ciudad o región para repararlo, o esperar que llegue una pieza de otro sitio para ello...
Además, como apuntaba Jone, para reclamar en tecnología, otro obstáculo suele ser la movilidad, puesto que en muchos casos puede requerir desplazarse hasta el lugar de atención con el aparato, que puede ser grande y pesado, con lo cual, habitualmente necesitas compañía o coche. En otros casos, puede suponer la espera a la visita del servicio técnico, visita que quizás no resuelva el problema, con lo que hay que esperar otra nueva visita para la reparación..., por lo que durante ese tiempo, no cuentas con el funcionamiento del producto. Parece que no existen mecanismos que agilicen estos trámites, y que de nuevo, no acaben en el desistimiento de la persona.
Desde la empresa, confirman que la gestión de las averías lleva unos trámites que no son inmediatos:
"La reclamación lleva una serie de gestiones: le pasa la llamada a la gestora, y luego dependiendo del problema, le dará una respuesta, pero no se resuelve inmediatamente. Igual tenemos que hablar con servicio técnico, con fábrica, si llega o no la pieza. Si al final se le cambia el producto tienen que grabar un pedido, mandarlo a [otra ciudad], y enviarlo a casa del usuario. Si es una ayuda económica, es decir, abonar factura del usuario, hay que hablar con el servicio técnico, hacer una concesión económica... Lleva su tiempo" (Garoa, Empresa Tecnología).
Pero añade que intentan compensar esas demoras, o incluso evitarlas, con soluciones más directas. Eso sí, no en todos los casos:
"Por ejemplo, un usuario puede tener o no derecho a que se le cambie un producto, pero si consideran que por el historial que tiene, por la fidelidad, por el dinero que ha pagado, se anticipan a ese derecho, lo compensan. Igual no tiene derecho por ley, pero lo hacen, para que se quede satisfecho con la marca. Esos procedimientos los marca la empresa, no la ley" (Garoa, Empresa Tecnología).
Y en todo caso, no dejan nunca una reclamación sin resolver, aunque a algunas personas les pueda parecer lo contrario. Garoa atribuye esa valoración a la insatisfacción con el resultado:
"Nunca se deja una reclamación a medias. La sensación del usuario a veces puede ser que le dejas a medias, porque no se ha quedado satisfecho. Y encima puede decir que se ha quedado sin resolver, que no se le ha hecho ni caso, y valorarlo mal. Pero sí que se ha resuelto, porque tienen un protocolo. (…) Cuando no estás contento con un servicio, ya todo lo que valoras te parece mal. La atención de la gestora, el tiempo de resolución... Es difícil que la gente valore bien el servicio, aunque se quede insatisfecha. Lo engloban todo, no se saben diferenciar los pasos" (Garoa, Empresa Tecnología).
No es lo mismo el proceso que el resultado. Y aunque existan casos en los que proceso y resultado se confundan, tampoco parece acertado atribuir las malas valoraciones del servicio con el resultado insatisfactorio de este. Además, como veremos en el siguiente apartado, puede que el resultado que estén dando las empresas suela estar conforme a la legislación vigente, pero no queda tan claro que los mecanismos para el procedimiento de reclamación estén orientados a "facilitar la comunicación y la resolución", como está establecido por Ley.
Telecomunicaciones
Las telecomunicaciones tienen el porcentaje más alto de reclamaciones de todos los ámbitos de consumo. Y la opinión de las personas entrevistadas tiende a confirmar que es un sector con muchas carencias en el servicio. Lucía, la representante de la compañía telefónica, atribuye esa cantidad de reclamaciones al número tan elevado de personas usuarias que tiene el sector, que además suelen tener contratados varios servicios: telefonía fija y móvil, Internet, televisión... Efectivamente:
"Un porcentaje de la población del Estado tiene incluso más de una línea de teléfono móvil a su nombre. Y con una cantidad tan elevada de clientes, prestando además un servicio tan complejo como es el de las telecomunicaciones, es casi imposible que no se den reclamaciones" (Lucía, Empresa Telecomunicaciones).
Sin embargo, desde las entidades de defensa afirman que hay errores casi inevitables, pero hay otros que, implementando mejoras en el funcionamiento de las empresas, sí que se podrían paliar. Pero a las empresas no les interesa lo suficiente.
"Nosotros le contestamos a las telefónicas, a eso que dicen que con tanta clientela tienen que tener reclamaciones..., les respondemos a que grandes males, grandes remedios. Los comerciales de estas empresas no están haciendo una labor ética, están engañando, mienten, y así es como luego generan las reclamaciones. No anticipan para evitar el problema" (Representante de la EPB).
"Las telefónicas siempre buscan el truco para cobrar de más, cuando no los 905, son los SMS, o los GPRS... Pero la gente está mucho más informada y manejan y saben buscar mucho más la información y el funcionamiento. La falta de ética no es algo ajeno a este servicio, en muchos casos no hay escrúpulos" (OMIC Gipuzkoa).
Que esto se afirme desde organismos que diariamente trabajan con empresas del sector, es realmente indicativo de que hay una carencia en el control de estas compañías.
Y esta falta de control, y la consecuente despreocupación de las empresas, queda claramente reflejada en esta anécdota que cuenta uno de los representantes de la EPB, a propósito de uno de sus asociados:
"Ya no es un problema de leyes, sino de sanciones. Las grandes telefónicas tienen multones, y les da igual. Mira, por ejemplo, ha salido un laudo arbitral de 2007, que le obliga a modificar la tarifa a un cliente, que no era la que había contratado. Tenían que devolverle 125 E. [La compañía telefónica] no cumple el laudo, el cliente, que era asociado, presenta una demanda de ejecución del laudo. Le dan la razón. [La compañía telefónica] sigue sin cumplirlo. Entonces yo pido una medida coercitiva, que consiste en pagar una multa hasta que cumpla el laudo. Estimé por cálculos del caso que la multa debían ser 300 E mensuales hasta pagar. Se la ponen, y [La compañía telefónica] siguen sin pagar y sin cumplir con la multa.
Cuando pasan 12 meses, la ley te da una opción de sustituir la obligación de hacer por una indemnización económica. Pues he pedido que sea en total 36.000 por todo lo que no ha incumplido, pues siguen sin cumplir. Pues he pedido que embarguen a [La compañía telefónica] esas cantidades, y estamos ahí desde el 2007" (Trabajador de EPB).
Esta visión de las entidades ayuda a contextualizar que por parte de las personas usuarias, la opinión de las compañías telefónicas sea tan unánimemente negativa, incluso cuando no han sido reclamantes de estas empresas.
"Me consta que la política de ellos es, primero cobro, y luego habrá un porcentaje que reclame, y devuelvo. Pero el resto (los que no reclaman) son todo beneficios. A mí que me lo demuestre una compañía que no utiliza esa política. Estoy convencido de que si emiten 100 facturas, 99 van mal. Porque mucha gente no protesta, porque cogen a gente mayor, que no tiene ni ganas, mucha gente que no sabe leer la factura. Pues se aprovechan de eso, y un euro, 75 céntimos... Pues suma" (Luis).
"Las empresas tienden a dejar aparcado, a ver si te cansas, y marear la perdiz. Si tienes razón, deberían solucionártelo y ya está. Luego la facilidad que tienes para meterte en Internet con el móvil, sin querer, eso está estudiado. Y lo de la suscripción a los servicios de SMS sin darte cuenta. El tema de la cobertura, en la frontera, que se mete la francesa..." (Sergio).
Concretamente, se critica el contraste entre la facilidad que se tiene para darse de alta en un nuevo servicio, y la opacidad y complicación que supone darse de baja. A lo que también se le atribuye un componente de mala intencionalidad.
"Lo que hay es una gran asimetría, y lo tendrán más estudiado que... Entre los procedimientos de darte de alta, que son muy directos, fáciles, accesibles, incluso mucho más humanos, porque lo puedes hacer en una tienda, cara a cara, y los procesos de reclamar, darte de baja, que son súper opacos, ocultos, laberintos... La tienda que te ha dado de alta no puede darte de baja. Son como los 3.000 obstáculos que tienes que superar. Me encantaría saber en todos estos tiempos y procesos, que se alargan por el protocolo que establecen, en esos periodos de transición, cuánta ganancia dan, entre que quieres darte de baja y realmente te das. Para mí está deliberado. Y lo que me llama la atención es que para darte de alta en tiendas o el comercial, sí que son [la empresa de telefonía], pero para darte de baja, te dicen que ellos no lo son, que son intermediarios. ¿Cómo que no lo son? para mí tú eres [la empresa de telefonía], me has dado tú de alta, he tratado contigo (Gorka).
Y el resultado es que la persona mire con desconfianza a cualquier empresa del sector. Como afirma Gorka "todas son igual de malas", opinión que se ha repetido en varias entrevistas. Aritz por ejemplo afirma que siempre que habla con una compañía telefónica, parte de la idea de que le van a timar, de que no le van a ofrecer algo ajustado, ni que vayan a cumplir con su contrato.
Preguntada por esto, Lucía, de la Empresa de Telecomunicaciones, afirma que es el "tópico de errores voluntarios y malintencionados. No creo que para nada sea real, porque es contraproducente. Porque tú sabes que la persona va a hablar, que va a ir a la OMIC, que funciona perfectamente..., no tenemos interés en tener marrones. Pueden darse errores, pero por desconocimiento. Pero sí que creo que ese tópico existe".
Transporte
El caso del transporte aéreo es especialmente curioso, porque de primeras no es nombrado por las entidades como de los más problemáticos, y sin embargo, atendiendo a estadísticas, y una vez que se empieza la entrevista, emerge como un sector no solo problemático, sino casi totalmente ajeno a la legislación. El transporte aéreo es, de los tres, es más complejo en regulación legislativa, y según lo contrastado con las asociaciones, parece que ha encontrado un escudo cómodo en la complejidad de esa legislación (que además es bastante favorable a los pasajeros), precisamente, para incumplirla.
"Hemos detectado que había sectores en los que estábamos cojos, como el transporte aéreo. Porque la cantidad de reclamaciones, está casi igual que la telefonía. Y se incumple totalmente, da igual que se retrase o que se cancele el vuelo, se incumplía el contrato sistemáticamente sin que hubiera ningún tipo de consecuencia. Incluso existiendo una ley, un Reglamento Europeo que les obliga a indemnizar a los pasajeros de forma automática en cuanto se produjera una cancelación, y sin embargo eso se estaba incumpliendo sistemáticamente. Y no teníamos ningún sistema para poder obligar a las compañías a que cumpliera la ley. En ese momento (…) se decidió que teníamos que meternos en juicios verbales de menos de 900 E, sobre todo esta modificación se hizo por estos sectores, porque había empresas que desestimaban sistemáticamente las reclamaciones hubiera razón o no, y los usuarios se quedaban indefensos. Y la experiencia ha sido súper positiva porque se han ganado todas las demandas presentadas, se han establecido las indemnizaciones correspondientes, y además lo que estamos logrando, que es lo que se buscaba, es que estamos obligando a las compañías a replantearse su postura. Por el momento hemos conseguido que si llega una reclamación nuestra, inmediatamente ofrecen dinero, aunque sea el de la indemnización automática. Porque saben que si no contesta, o contestan negativamente, vamos a presentar demanda. Y las compañías han empezado a contratar gente específica para llevar reclamaciones" (Representante de EPB).
La actuación de las instituciones públicas y privadas ha sido primordial para garantizar el cumplimiento de esas leyes, y además, para lograr cambios en las formas de actuación de las empresas, evitando malas prácticas sistematizadas. Y es que, por ejemplo, el cobro de facturación de maletas es ilegal, tal y como nos informan las entidades de defensa, y de hecho ha habido una modificación legislativa para hacerlo constar como tal, pero aún así hay aerolíneas que la siguen cobrando sistemáticamente. Así como el cobro de la impresión de la tarjeta de embarque, que tampoco es legal. Pero lo que falla es que a las compañías les sale más rentable pagar la sanción, que dejar de cometer estas faltas.
Por parte de las personas reclamantes, además, denuncian que no existe un trato cercano con el personal, sino que se trataban de mecanismos "súper fríos, todo automático, mal. Ni siquiera mandan correo electrónico" (Sara).
Aunque esta visión afecta a todas las compañías, existe, por parte de algunas personas que reclamaron a compañías de bajo coste, una visión más negativa hacia este tipo de empresas:
"También es el auge de los viajes baratos, y las garantías quizás son menos. Si hubiera ido a una agencia con el ritual de toda la vida, me parece que no hubiera pasado eso, más confianza, Algo tan puntual, tan declarado, me revienta que sean tan usureros, que pedimos lo que nos corresponde. Me joroba que administren mi dinero, que yo soy muy organizada" (Jone).
Esta última cita nos lleva a otro factor importante en el problema: las agencias de viaje, ya que como hemos visto, parte de los asuntos de reclamación han sido derivados de las agencias. Por ejemplo, las condiciones de reserva de un viaje continúan siendo ocultas a las personas que firman los contratos, y eso puede hacer que se encuentren con que tienen que pagar cantidades ingentes si desean cancelarlo, tal y como le ocurrió a Valeria.
"Lo que hemos aprendido es que para la próxima, no firmamos nada. Y también que ellos no están obligados por ley a avisar de cuándo emiten el billete, y eso es una laguna".
En su caso, la explicación de la agencia (minorista) fue que la mayorista había emitido los billetes, y que no estaban obligados a informarles de ello. Además, en el contrato que firmaban, solo se estipulaba que "los gastos de cancelación los pondrá la agencia", pero no especificaban de cuánto serían. Valeria, además, consultó con la asociación a la que pertenece, y no tenía posibilidad de reclamación. En este caso, la agencia minorista "resolvió" el problema, cambiándole las fechas del viaje, y asumiendo los gastos de la modificación. Pero hay que dejar claro que si bien esto puede ser una respuesta loable de la agencia, no era la solución que necesitaba Valeria, puesto que ella quería cancelar el viaje, y de hecho creía erróneamente que podía hacerlo, debido a una información previa deficiente. Por tanto, el papel de las agencias de viajes minoristas y mayoristas, la información que se facilita en cada contrato, debe ser revisado. Así como también es necesario atender a las formas y formatos mediante los cuales se informa a las personas usuarias de las condiciones de los contratos que van a firmar, puesto que se sigue mostrando que habitualmente las personas no siempre las leen, y si los leen, no las comprenden del todo.
Otra queja es que no se habilitan los procedimientos necesarios para las reclamaciones, especialmente las que deben realizarse en el aeropuerto, como las incidencias con maletas. Según Sara, "me fastidió bastante, yo entiendo que haya gente que haga fraude, pero no es mi problema que ellos no puedan controlar ese fraude, que pongan los medios, pero no pueden tratarte de fraudulenta de por sí. Porque como hay gente que roba, ¿quién te dice que tú no robas? Con esa excusa tratas a todo el mundo como ladrón, y por tanto, no te corresponde nada. Si no me hubiera hecho un par de comentarios de ese tipo, me hubiera quedado más tranquila. Pero se supone que quieren mejorar la atención al cliente, pero a la hora de la verdad eres un cero, y te tratan de ladrón".
El caso de Sara además, es llamativo, porque el empleado de la compañía comete el error al informarle falsamente de la forma de reclamación. Posteriormente Sara reclama por esta mala información, y la empresa no lo asume, y además le justifica que siga sin poder reclamar por la maleta porque se parte de la premisa que va a mentir.
Las palabras del representante de EPB, sirven de resumen a la situación con las aerolíneas, y el peligro que la acecha.
"Lo que había en transporte era un auténtico desmadre, y lo están viendo. Porque hasta se indignan si no aceptan la indemnización directa, poco menos que lo TIENE que coger: ‘Que le estoy ofreciendo 200 E y los tiene que coger’. En este plan... Y no se pueden creer que haya un juez en Bilbao que les esté dando en el hocico una y otra vez, que les está obligando a pagar, incluso gastos de abogado, cuando no son necesarios, como penalización, y eso les está sacando de sus casillas, y no lo entienden. Pero estamos obteniendo resultados. Porque pedimos indemnización más daños morales. Y se les llevan los demonios a las compañías porque por un billete de 60 E están indemnizando con 400, pero tampoco lo entiendo, porque una cosa es lo que tú pagues por el billete, y otra el daño que te provoque el retraso. Es una normativa moderna y progresista, ponte en otro sector a hablar de daños morales... Pero los lobbys de transporte aéreo están presionando para que se modifique el reglamento europeo a su favor43".
Habría que vigilar que las normativas no retrocedieran en derechos a las personas.
¿Qué está ocurriendo en la relación entre empresas y población para que las visiones sean tan opuestas? Podríamos pensar que en las entrevistas, las empresas han mostrado su mejor cara, sin embargo, es cierto y contrastable que trabajan con datos cuantitativos (sobre todo) y cualitativos que les orientan a la mejora del servicio, y que existe toda una estructura de personal orientada a la atención a las personas. Sería necesario establecer vías de comunicación más directas y fluidas entre empresa y clientes, para dar a conocer el trabajo de gestión de reclamaciones que realizan (algunas) empresas, y de este modo poner de ejemplo de prácticas a imitar.
43 A este respecto, ver la noticia de Argentina sobre el reconocimiento de indemnización a pasajeros cuyo vuelo fue cancelado: http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2011/10/13/pasajeros-de-un-vuelo-cancelado-podran-pedir-indemnizacion_123961.
5.4.3. La atención al cliente: ese departamento maldito
5.4.4. Buenas prácticas
Este último apartado pretende terminar el análisis de la información con una nota positiva, de confluencia entre los diferentes agentes consultados. Las conclusiones extraídas apuntan a que hay dos líneas divergentes, una las de las personas y entidades que defienden sus derechos como consumidoras, y otra, la de las empresas, y que para paliar los problemas, fallos e incumplimientos legales que se pueden estar dando, es necesario, entre otras medidas, buscar puntos de unión, de interés común. De ahí que rescatemos aquellas opiniones que nos pueden servir de ejemplo y guía en esta línea.
Como la historia de Esther, en que, a pesar de la quiebra de la empresa, esta se hizo cargo de la devolución prácticamente inmediata del dinero que habían pagado. Cosa que, por ejemplo, en el caso de Aritz, nunca ocurrió. La valoración de Esther sobre la actitud de esa oficina, de ese personal, es muy positiva, a pesar de que la empresa les hubiera aguado su viaje de bodas justo una semana antes de producirse.
"La agente se disculpó muchísimo, y dijo que había puesto todos los medios para que nos devolvieran el dinero. Antes de una semana me habían devuelto la mitad, y al final todo. (…) Te llevas el susto, pero se portaron muy bien. Antes y todo de que me devolvieran todo, cuando ya me habían devuelto la mitad, me hubiera quedado satisfecha".
Es importante la resolución del problema, pero sobre todo, el tratamiento que se les ha dado a las personas afectadas. Incluso Esther afirma que se hubiera conformado con menos dinero. Lo que valora es la disculpa, la asunción de la responsabilidad de solucionar el asunto que en todo momento sintió.
Asimismo, otra vía interesante es el trabajo conjunto que se puede realizar entre las empresas y las entidades de defensa, y no es algo utópico, puesto que Lucía, de la empresa de Telecomunicaciones, explica que en ocasiones han prestado asistencia personal a las OMIC, para que entiendan algunos problemas tecnológicos relacionados con reclamaciones que están trabajando, y dichas reclamaciones pueden ir dirigidas a su empresa, o a otra diferente. Esa relación que tienen con las entidades, debido al tratamiento diferenciado que dan a las reclamaciones que provienen de estas, ayuda a desentrañar problemas.
Dar a conocer estas buenas prácticas puede ser un ejercicio de visibilización orientado a modificar la opinión de las personas. Pero es importante que dichas prácticas sean reales, sistemáticas y que supongan un compromiso firme por parte de las empresas.