5.2. Ley 13/2008, de 12 de diciembre, de Apoyo a las Familias
A finales de 2008 el Parlamento Vasco aprobó la Ley 13/2008, de 12 de diciembre, de Apoyo a las Familias, con el objeto de establecer el marco y
las bases para una política familiar integral, orientada a la mejora del bienestar y
de la calidad de vida de las familias y
de sus miembros. Es una ley que busca una orientación integral tanto en los tipos de familia a los que se dirige como en las medidas que recoge.
Por un lado, la ley se hace eco de la evolución en los tipos de familia y
realiza un primer esfuerzo en dar legitimidad a los nuevos modelos familiares y
garantizarles igualdad de trato con relación a modelos más tradicionales. Asimismo y
en línea con la Ley de Servicios Sociales, presta especial atención a las familias en situaciones de especial vulnerabilidad, incluyendo en esta categorización a las familias monoparentales, las de víctimas de violencia de género y
las familias numerosas, que quedan por tanto reguladas, definidas y
reconocidas dentro del marco legal.
Por otro lado, reconoce el papel de padres y
madres en garantizar el cuidado y
sustento de sus hijos e hijas menores de edad, considerando que cualquier persona con hijos o hijas debe disponer de recursos económicos y
de servicios suficientes para atenderles como unidad económica independiente, sin tener que recurrir a la ayuda de terceras personas. En consonancia con esto y
tal y
como y
a se apuntaba en capítulos anteriores y
como y
a vienen indicando distintos autores, se articulan una serie de medidas en su desarrollo legislativo para apoyar a las familias en el desempeño de sus funciones en las mejores condiciones posibles.
Finalmente, destacar la importancia concedida a la conciliación de la vida laboral, familiar y
personal (que tendrá un reflejo específico en el desarrollo de medidas concretas, como se verá en el siguiente capítulo) a través del fomento de acciones positivas para corresponsabilizar a los hombres en las tareas del hogar y
en el cuidado y
educación de los hijos e hijas, y
la implicación de las empresas y
especialmente de las organizaciones empresariales y
sindicales en la aplicación de medidas de conciliación de la vida personal, familiar y
laboral mediante la concienciación de las ventajas que estas medidas conllevan para la propia empresa y
para la sociedad.