2. El III Plan Interinstitucional de apoyo a las familias
Antes de comenzar el análisis individualizado, es relevante revisar el III Plan Interinstitucional de apoyo a las familias (Gobierno Vasco, 2011a). Junto con la Ley 13/2008 de Apoyo a las Familias, constituye el principal hito organizador del marco legislativo en este campo, es la herramienta derivada en materia de medidas concretas de apoyo a las familias.
El plan tiene por objetivo “la mejora de la calidad de vida de las familias (...) a través de la protección, atención y
apoyo (...) mediante la ordenación, en un conjunto coherente, de las diversas medidas vigentes en el ámbito autonómico a favor de las familias, así como la regulación de nuevas medidas de apoyo”.
Desde una perspectiva de análisis, es importante el elevado nivel de entronque del plan con la Ley 13/2008, así como con otros elementos normativos relacionados (contemplados en el capítulo anterior), y
a que trabaja principalmente en tres direcciones:
Por un lado, el desarrollo de medidas concretas, tanto económicas como de prestación de servicios.
Por otro, la transversalización de la perspectiva de familia en distintas políticas, elemento de gran relevancia tanto por la ampliación del enfoque de familia tradicional (recogiendo nuevos colectivos con impacto en el marco familias), como por incluir no solamente medidas directamente dirigidas a las familias, sino también de alto impacto en las mismas (en otros ámbitos como la educación, la vivienda o el transporte).
Finalmente, en el reconocimiento de la diversidad de modelos familiares, regulándolos y
apoyándolos con acciones específicas.
Sin embargo y
quizás precisamente por todo lo anterior, se trata de un plan muy ambicioso (169 medidas, con presencia de distintas administraciones y
colectivos), lo que ha llevado a la actual Dirección de Política Familiar y
Desarrollo Comunitario a establecer una priorización de 16 acciones estratégicas para el período 2012-2016.
Un análisis de las mismas muestra que la conciliación de la vida familiar, laboral y
personal –un elemento de especial importancia, como se vio en anteriores capítulos– se convierte en la principal área en la que actuar en cuanto a número de medidas (si bien también se recogen actuaciones en parentalidad positiva, ayudas económicas y
solidaridad intergeneracional), y
a que 9 de las 16 acciones seleccionadas pertenecen a este campo, concretamente en la mejora de la coordinación interinstitucional (mesas de trabajo o equipos de impulso), la divulgación y
sensibilización y el intercambio de conocimiento para el aprendizaje compartido y
la mejora continuada, tanto con relación a servicios como a prestaciones económicas.
Se trata de áreas de trabajo que además han sido identificadas en el trabajo de campo de este informe como prioritarias para las familias a través de las entrevistas y
grupos de discusión desarrollados durante el trabajo de campo del presente informe, que formulan peticiones específicas (que pueden ser más extensamente consultadas en las conclusiones y
recomendaciones de este informe) con relación a:
La mejora de la coordinación intra e interinstitucional, de forma que tanto los recursos de una misma institución como los de distintas administraciones se encuentren alineados.
“Considero que la coordinación entre las diferentes instituciones es un área de mejora. Las posibilidades de éxito al trabajar de manera coordinada aumentan. Optimizar los recursos y
generar eficiencia en su gestión es mucho más sencillo cuando existe coherencia entre las administraciones y
, en la actualidad, los canales de coordinación que existen no son adecuados”.
(Entrevistas con entidades sociales)
El aumento y
clarificación de la información relativa a los recursos existentes para familias, puesto que la dispersión existente dificulta el conocimiento de los mismos y
su consiguiente aprovechamiento.
“Hay una escasa información sobre las ayudas ofertadas. El desconocimiento de las prestaciones y
recursos proviene, en la mayoría de los casos, de la dispersión y
la inadecuada comunicación”.
(Entrevistas con entidades sociales)
El desarrollo de una política integral de conciliación de la vida familiar, laboral y
personal, clave en las necesidades cotidianas de los distintos modelos de familia.
“Me agrada lo que se está haciendo en pro de la conciliación, pero es necesario seguir incentivándola junto con la igualdad, y
a que hoy por hoy queda un importante recorrido de mejora para que sea una realidad”.
(Entrevistas con entidades sociales)
El análisis de las medidas priorizadas nos aporta también otro dato, relativo a la capacidad económica de las medidas seleccionadas, puesto que –al menos con relación a otras puestas en marcha por otros agentes que se podrán comprobar más adelante– son de una capacidad económica reducida. Sin embargo, el papel de fomento de la coordinación que presentan muchas de ellas hace que puedan generar en cambio un gran impacto en la vida de las familias.
También es destacable el apoyo a las medidas de sensibilización y
aumento de la información, por ejemplo con la priorización de la herramienta Concilia+, a través de la cual empresas, sindicatos y
personas trabajadoras y
autónomas disponen de un espacio de información y
reflexión sobre la conciliación, y
pueden elaborar autodiagnósticos, calcular costes y
beneficios de la aplicación de medidas de conciliación, y
obtener información sobre trámites necesarios para solicitar ayudas, subvenciones, bonificaciones o disfrutar de medidas de conciliación. Asimismo, la creación de herramientas que supongan un acceso más sencillo y
amplio a los recursos existentes para las familias es un elemento de priorización y
a su vez de demanda por parte de las familias.
Todas ellas son medidas que, a pesar de suponer un reducido desembolso público (en comparación con los presupuestos asignados por ejemplo a fiscalidad o servicios sociales), pueden tener un alto impacto en la vida de las familias, aunque evidentemente no compensan la reducida inversión en medidas directas de compensación de costes, que como se verá en el siguiente capítulo se encuentra muy alejada de los estándares europeos.