En una situación de diglosia como la que el euskera vive en nuestra comunidad con respecto al castellano, resulta cada vez más patente el desajuste entre su conocimiento y
su uso efectivo por parte de la Administración, tanto en sus procesos internos como en sus relaciones con la ciudadanía. Así lo había puesto de manifiesto el último Informe sobre la situación en España elaborado por el Comité de Expertos del Consejo de Europa sobre la Carta de Lenguas Regionales o Minoritarias, y
así lo han reflejado a lo largo de año las quejas de la ciudadanía en esta materia.
La misma idea estuvo presente en la evaluación del IV Periodo de Planificación (2008-2012) del Uso del Euskera en las Administraciones Públicas de la Comunidad Autónoma Vasca, que presentó en el mes de julio el Departamento de Educación, Política Lingüística y
Cultura en el Parlamento Vasco.
Coincidiendo en el tiempo, fue publicado un relevante estudio realizado por el Gabinete del Prospección Sociológica del Gobierno Vasco: “El euskera en la CAPV: competencia, uso y
opinión”.
Hemos querido reproducir en este apartado algunas de sus conclusiones, habida cuenta de su virtualidad para describir el contexto en el que se producen las quejas recibidas en este ámbito de nuestra actividad, más allá de las soluciones que propiciemos para cada una de ellas en particular. También porque coinciden con las que esta institución viene plasmando en sus últimos informes, corroboradas a su vez por los datos de la V Encuesta Sociolingüística publicada el año anterior:
Los datos de nuestro informe muestran que las condiciones sociolingüísticas generales de la CAPV son, de diversas maneras, favorables al castellano: a) sólo una parte de la población es competente en las dos lenguas; b) la mayoría de los que sí lo son se desenvuelven mejor en castellano; c) el euskera se debate públicamente entre partidarios y
reticentes, sin contar con un premio o una ventaja social que lo haga atractivo y
no cuestionable para una mayoría.
A ello habría que añadir el hecho de que las relaciones cotidianas de nuestra sociedad utilizan el castellano, siendo dificultosa y
laboriosa su evolución hacia el bilingüismo. Por todo ello, cabe llegar a dos conclusiones o hipótesis sólidas de trabajo:
A mediados del año del que informamos se presentaron, por otra parte, los resultados del examen cualitativo solicitado por el Parlamento Vasco con el fin de conocer, con datos actualizados, el grado de adecuación entre los actuales perfiles lingüísticos y
las funciones desarrolladas en los puestos de trabajo en que son exigidos. Por medio de entrevistas que abarcan todos los departamentos de la Administración general de la CAV, la Ertzaintza, Administración de Justicia y
Osakidetza, se trataba de evaluar hasta qué punto han servido para garantizar el funcionamiento en los dos idiomas oficiales por parte de las administraciones vascas, teniendo en cuenta cuáles son sus necesidades comunicativas y
hasta qué nivel están satisfechas.
No han sido ajenos a sus conclusiones los Criterios generales para la elaboración de Planes de Normalización del Uso del Euskera en las administraciones e instituciones públicas de la CAV, que el Departamento hizo públicos con ocasión del inicio del V Periodo de Planificación (2013-2017), en el marco del cual se han ido presentando en toda la Comunidad Autónoma, a lo largo del año, los Planes de Normalización del Uso del Euskera aprobados por diputaciones y
ayuntamientos.
También Osakidetza aprobó, coincidiendo con la celebración hoy del Día Internacional del Euskara, el Segundo Plan de Euskera para el Servicio Vasco de Salud.
Dos semanas antes, el Parlamento Vasco había acordado que Osakidetza diera prioridad al conocimiento del euskera en las contrataciones de personal eventual, así como que solicitara criterios lingüísticos a las empresas proveedoras.
En el ámbito de la Justicia, por último, ha representado una buena noticia el nuevo impulso que ha cobrado el proyecto “Auzia euskaraz”, cuyo objetivo es la tramitación integra de los procedimientos judiciales en euskera.