8. Personas gitanas y otras minorías culturales
Antecedentes
A pesar de llevar siglos en territorio europeo y constituir la minoría más numerosa de la Unión Europea, el pueblo gitano sigue siendo víctima de prejuicios, intolerancia, discriminación y exclusión.
Resulta ineludible, por ello, tomar todas las medidas necesarias para garantizar que sus derechos humanos, consagrados en la Carta de los Derechos Fundamentales y en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, así como en la legislación de la Unión Europea, sean respetados, protegidos y promovidos.
Se precisa de políticas públicas que impulsen su inclusión social y laboral, que apuesten por la mejora educativa de su población infantil y juvenil, y que posibiliten el acceso a una vivienda en condiciones adecuadas. El reconocimiento como minoría cultural también implica la protección y promoción de su cultura y su participación social y política.
Existen instrumentos de planificación estratégica, tanto en el ámbito europeo como en el estatal o autonómico, válidos para la consecución de todos estos objetivos pero resulta imprescindible una voluntad decidida y firme, por parte de los agentes públicos, que ponga en marcha de manera efectiva las medidas programadas y destine la financiación necesaria que permita su materialización.
Todo ello debe ir acompañado de una actitud proactiva de los poderes públicos y la sociedad en general a favor de la erradicación del estigma que sufre el pueblo gitano.
1.Quejas destacadas
1.1. En un supuesto de denegación de Padrón a una familia gitana en el domicilio en el que residían en Basauri, la intervención del Ararteko propició que finalmente se diera de alta a todos sus miembros, aunque en un domicilio distinto al inicialmente solicitado. Se trata de la Resolución del Ararteko de 27 de noviembre. En ella se concluye que el Ayuntamiento de Basauri, en los expedientes de baja de oficio del padrón de habitantes, debería incluir un trámite para que tanto la policía municipal como los servicios sociales puedan contrastar los datos sobre el domicilio de algunas de las personas incluidas en la propuesta para dar de baja, a los efectos de la posible iniciación de un expediente de altas de oficio y en el marco de alcanzar la concordancia del padrón municipal con la realidad.
1.2. En lo que respecta al servicio de comedor escolar, el año 2013 algunos agentes educativos nos han mostrado su preocupación por la situación de algunos menores cuyas familias no pueden hacer frente al abono de las cuotas de comedor, aun cuando esperan ser beneficiarios de las ayudas de comedor que an
ualmente se convocan en el marco de la convocatoria general de becas, ya que las instrucciones relativas al funcionamiento de este servicio establecen que el impago reiterado de las cuotas podrá dar lugar a la pérdida de la plaza de comedor.
Como consecuencia de nuestra intervención, además de alcanzarse la resolución de casos puntuales, la Administración educativa ha asumido el compromiso de remitir a todos los centros educativos una instrucción, con el fin de evitar en lo posible que se puedan dar este tipo de situaciones.
1.3. Seguimos registrando quejas relativas a extinciones, suspensiones y no renovaciones de prestaciones sociales de contenido económico que afectan a personas gitanas.
En un caso en el que Lanbide no renovaba la prestación de Renta de Garantía de Ingresos por “no hacer valer la interesada sus derechos de contenido económico”, trasladábamos a la Administración que la actuación de la interesada no generaba una modificación del patrimonio de la unidad de convivencia. Lanbide hacía suyas nuestras consideraciones y corregía su actuación concediéndole la prestación, así como las cuantías correspondientes en concepto de atrasos.
Sin embargo, hemos de manifestar nuestra preocupación por los graves efectos que este tipo de denegaciones generan en la vida de las personas afectadas y sus familias –en muchos casos, con menores a su cargo– por cuanto que, aun teniendo derecho al reconocimiento de las prestaciones, la demora injustificada de los expedientes de recurso, arroja períodos de tiempo inaceptables, en los cuales no pueden hacer frente a las necesidades básicas, situándolas en escenarios de verdadera exclusión social.