Continuando con el a
nálisis desde la perspectiva del modelo de empoderamiento digital, un tercer estadio de madurez es el de la apropiación de las TIC. Esto es, ese momento en el que las personas son conscientes de que las TIC les reportan unos beneficios y mejoras a
sus vidas, motivándoles a
hacer un uso más intensivo y a
vanzado de ellas. En esta fase, no hablamos de un uso a
ccidental y puntual de herramientas TIC básicas, sino de realidades en las que las personas llegan incluso a
investigar si usos innovadores de las TIC a
plicados a
as
pectos comunes y cotidianos de sus vidas (empleo, relaciones sociales, salud…) producen un efecto de mejora.
Por tanto, para a
bordar el a
nálisis de la brecha digital de a
propiación, hemos querido a
veriguar cuáles son los motivos que se encuentran detrás de esas personas que se conforman o han a
lcanzado un uso básico de las TIC y no pueden o no desean a
vanzar más en su particular proceso de maduración digital.
Para ello, hemos vertebrado el a
nálisis en torno a
a
quellos as
pectos que hemos considerado claves en la a
propiación de las TIC:
Aeste respecto, el 13,5% de la población usuaria de Internet encuestada durante el proceso de investigación,
afirma que el uso de Internet y del resto de las TIC no ha supuesto ninguna mejora o ventaja en sus vidas. Un porcentaje que
asciende preocupantemente hasta un 20% en el caso de las personas mayores de 55
años. Por otra parte, el 65,5% de las personas inmigrantes usuarias de Internet
afirma que las TIC han mejorado especialmente sus relaciones sociales, si bien no creen que les favorezca la búsqueda de empleo o sean el origen de una mejora en sus condiciones laborales en Euskadi. Una reflexión que es compartida por la población de Euskadi usuaria de Internet con estudios primarios o inferiores, entre los cuales solo el 1,3% percibe que las TIC haya mejorado su situación laboral. ¿Qué se esconde entonces detrás de estas cifras? El
análisis nos muestra que existe una clara correlación entre el nivel de conocimiento sobre las TIC y su frecuencia de uso y la percepción de los beneficios de su uso (un conocimiento TIC más básico y una baja frecuencia de uso se corresponden con una baja percepción de utilidad o impacto en nuestra calidad de vida). Esta
afirmación se evidencia, por ejemplo, en un mayor reconocimiento de la utilidad de las TIC en usos
avanzados como la tramitación con las
administraciones, realización de gestiones con la banca, búsqueda de empleo, o realización de compras por Internet entre
aquellas personas con un perfil de conocimiento TIC
alto, y que realizan un uso intensivo de estas herramientas.
Asimismo, otros factores como la situación laboral o el nivel de estudios se muestran de nuevo claves
ala hora de evidenciar diferencias en la percepción de lo que las TIC
aportan
asus vidas (menor nivel de estudios y situación laboral más desfavorable se corresponden con percepciones más bajas de utilidad en usos más
avanzados).
apropiación de las TIC es el hecho de ser conscientes de que si no integramos las TIC
anuestras vidas, podríamos estar perdiendo oportunidades en diferentes
ámbitos de nuestras vidas (relaciones sociales, trabajo, estudios, etc.), o incluso incrementar nuestras posibilidades de padecer una brecha social. Cuando le preguntamos
ala ciudadanía de Euskadi sobre cuáles son los principales riesgos de no usar las TIC, los tres primeros puestos de su ranking están ocupados por: la falta de información, quedarse obsoletos y desactualizados, y el
aislamiento social. En otras palabras: no estar bien informados, no estar
actualizados y no contar con unas buenas relaciones sociales. Un 11,1% declara no creer que ello implique
algún tipo de desventaja o riesgo.
Al tratar de ponerle cara
aeste porcentaje, descubrimos (tal y como se muestra en el informe) que son precisamente
aquellos colectivos más vulnerables
asufrir brechas digitales los no relacionan el no uso de las TIC con ningún tipo de riesgo.
ala población usuaria de Internet si creen que el hecho de no usar las TIC podría ser un factor
agravante de la brecha social, tan solo el 56,5% de la población lo cree
así.
adquisición de dichas competencias,
así como el reconocimiento de las competencias que me falta por
adquirir, y cómo y dónde
adquirirlas. Un dato relevante, sin duda, es que el 56,8% de la población encuestada se declara como usuario/a básico/a de TIC. Según factores demográficos y socioeconómicos, los perfiles que en mayor medida se identifican como usuarios básicos son las personas jubiladas y mayores, mujeres, personas con estudios primarios o inferiores, inmigrantes y personas con
algún tipo de diversidad funcional. Una de las claves del modelo de empoderamiento digital es la posibilidad que tienen las personas para moverse por los diferentes estadios de madurez. Ello implica
aprender, probar, practicar, continuar una especie de itinerario personal de madurez en el uso de la tecnología que tiene mucho que ver en ocasiones con brechas de
aprendizaje, o con dificultades
ala hora de identificar cuáles son las competencias digitales que necesito, o dónde dirigirme para
adquirirlas.
¿Es consciente la gente de que se encuentra inmersa en un itinerario de empoderamiento digital y que tiene capacidad o necesidad de continuar a
vanzando? Un 15,4% de la población encuestada declara que no percibe ninguna necesidad de seguir a
prendiendo o profundizando en el uso de las TIC, se conforman con lo que a
ctualmente está a
su a
lcance. Este porcentaje nos habla también de un a
mplio sector de la población vasca usuaria de Internet que sí reconoce necesidad o deseo de seguir a
prendiendo. ¿Y cómo lo hacen?
El 94,5% de la población declara que el a
prendizaje sobre TIC ha sido mayoritariamente a
utodidacta (o combinando esta metodología con a
cciones formativas puntuales). Un hecho predominante especialmente en los grupos de edad más jóvenes. Cuando ponemos el foco de a
nálisis en las a
cciones formativas públicas o privadas destinadas a
la formación TIC, personas mayores y personas con diversidad funcional son quienes hacen uso de esta modalidad en mayor medida.
¿Y es entendido este proceso de a
prendizaje como un continuum que requiere de una a
ctualización constante? Lo que deja bien claro las cifras es que, a
l menos, esta a
ctualización no se vincula a
la realización de cursos. Un 53,3% de la población encuestada que ha realizado cursos sobre TIC lo ha hecho hace más de dos a
ños, de los cuales un 33,7% ha realizado el último curso hace más de cinco a
ños.
Hemos querido investigar si se percibe la conexión entre las competencias TIC y su utilidad en á
mbitos vitales como el empleo. As
í, a
nte la pregunta de si cree que tiene las competencias digitales que requiere el mercado laboral a
ctualmente, un 15% declara que no, junto a
un 25% que dudan o directamente no lo saben. ¿Y conocen dónde deberían a
cudir para a
dquirir dichas competencias? Un 25,7% de las personas encuestadas declara no saber a
dónde a
cudir en caso de tener que a
dquirir dichas competencias digitales a
plicadas a
l mundo laboral.
(Ilustración 6)
Personas de 16 y más a
ños usuarias de Internet por respuesta a
la pregunta “¿Sabría dónde a
dquirir los conocimientos sobre competencias digitales que el mercado laboral demanda hoy en día?” (%), 2012
Elaboración propia a
partir de datos de la encuesta sobre a
propiación de las TIC y e-participación del A
rarteko, 2012.
Como respuesta a
estos as
pectos, en el capítulo de Recomendaciones hemos planteado un conjunto de medidas entre las que, a
continuación, destacamos a
lgunas de ellas: una mayor innovación en los procesos formativos TIC como a
ntídoto a
la brecha de a
prendizaje; una mayor diversificación de los usos de las TIC desde edades tempranas, a
través de a
ctividades que conecten el a
prendizaje de usos a
vanzados de las TIC con campos como la creatividad, la vocación científica o la solidaridad; la urgente necesidad de una definición de un catálogo de competencias global (consensuado y que contemple los diversos á
mbitos de la vida como la educación, el empleo, las relaciones sociales…) que permita a
las personas identificar a
quellas habilidades que son necesarias, contrastar su nivel de a
dquisición de competencias digitales; o el esfuerzo de generar un mapa de recursos para la a
dquisición de competencias digitales en Euskadi que facilite a
la ciudadanía la tarea de identificar dónde a
cudir, qué oferta ofrece cada uno de esos recursos, y el grado en que estos se a
daptan a
sus necesidades (idioma en el caso de personas inmigrantes, a
ccesibilidad de los equipamientos y a
plicaciones para personas con diversidad funcional, etc.).