La segunda posibilidad es la que engloba a las personas que siguen c
on el procedimiento, y tienen que pensar alternativas para c
ontinuar. C
uando "una vez que han intentado pelear por ellos mismos", c
omo afirma Luis, se ven necesitados de otros recursos para defender su postura. Es ahí donde aparece una importante diferencia, resultado también principal de este estudio, y es la que hay entre las personas que ya han acudido antes a algún recurso de defensa de derechos de las personas c
onsumidoras y usuarias, y las que nunca han acudido a ellos. Las primeras se encuentran, en mayor o menor medida, insertas en la red de recursos, se han movido por uno o varios de ellos, y si bien pueden c
onfundirse o no tener c
lara la estructura de la red, saben que existe, y que, en muchos c
asos, funciona. Las personas del segundo grupo no han tenido c
ontacto alguno c
on recursos sobre c
onsumo, son ajenas a la red, y la sensación de pérdida y desamparo es mucho mayor (tal y c
omo les ocurrió a Gorka y Aritz, lo que produjo que abandonaran el proceso antes de saber si tenían derecho a alguna c
ompensación).
Esta va a ser una diferencia fundamental en la forma de moverse por los vericuetos del proceso, de forma que a mayor experiencia de acudir a recursos, mayor soltura e incluso autonomía para defender los propios derechos.