1.2.2. Formas de convivencia: familias diversas
A fecha de 2008 un 16% del total de las familias de la CAPV, desde la consideración de los distintos modelos de familia, cuenta entre sus miembros con menores de 16 a
ños (127.895 hogares). Por otro lado, el 99% de las personas menores de 18 a
ños vive en familia y, conforme a
los resultados de diversos estudios cualitativos consultados, se muestran mayoritariamente satisfechas con la relación que mantienen con su familia, que es vivida como un espacio que a
porta seguridad y confianza. La familia continúa siendo un elemento central en el desarrollo y en la participación social de la infancia, a
un cuando haya perdido cierto peso en la transmisión de valores a
favor de otros a
gentes socializadores.
Según esos mismos estudios, si se mantiene la a
lta valoración de la familia es, a
nte todo, por la capacidad de a
daptación que ha demostrado y, entre otros factores, por la flexibilización de los comportamientos internos y el incremento de los niveles de libertad, de democracia interna y de igualdad entre hijos e hijas. Sin embargo y a
pesar de esta ruptura progresiva con la familia típica tradicional caracterizada por la jerarquía rígida entre hombre y mujer, padres-madres e hijos-hijas, en papeles polarizados para lo masculino y lo femenino, las mujeres siguen constituyendo la figura de referencia en la organización del espacio doméstico y el contexto familiar refuerza la diferenciación de género, otorgando a
ctividades diferentes a
las mujeres y a
los hombres dentro de la estructura familiar, siendo el principal eslabón del proceso de tipificación sexual.
Por otra parte, la flexibilización y democratización de la familia ha hecho surgir a
lgunas dificultades en la crianza que guardan relación con el establecimiento de límites y normas. Las cotas de poder a
dquiridas por las niñas, niños y a
dolescentes dentro de la organización familiar, donde son consultados y toman parte del proceso de toma de decisiones, junto a
l intento de padres y madres por a
lejarse de modelos a
utoritarios ha incorporado dificultades para encontrar el equilibrio entre las relaciones familiares cercanas y el establecimiento de normas y límites (pérdida de a
utoridad).
Para finalizar, el diagnóstico realizado en la CAPV a
l que venimos haciendo referencia recoge que existe un discurso compartido por profesorado y madres y padres sobre el modelo proteccionista que se está trasladando a
la infancia y la a
dolescencia y la sobreprotección que se ejerce sobre ella y que se relaciona con la satisfacción inmediata de sus necesidades y el deseo de evitar cualquier tipo de sufrimiento a
niños, niñas y a
dolescentes, que genera cierto grado de infantilización del colectivo. Esta situación reduce su a
utonomía, sus habilidades, su cultura del esfuerzo y las estrategias de superación, lo que podría contribuir a
explicar la poca tolerancia a
la frustración.