3.13. Otras situaciones de especial vulnerabilidad
En los a
partados a
nteriores hemos a
bordado la problemática de a
lgunos niños, niñas y a
dolescentes que, por su situación de especial vulnerabilidad, han sido objeto de a
tención continua y sistemática por parte de esta institución. En los últimos a
ños, a
demás de estos sectores, el A
rarteko ha dedicado también una a
tención especial a
otras situaciones o grupos de especial vulnerabilidad, a
través de iniciativas muy diferentes. A
ellas vamos a
a
ludir en las siguientes páginas.
Romperemos, a
quí, con la estructura que se ha presentado en los a
nteriores capítulos, fundamentalmente, por dos motivos. Por un lado, porque los temas que a
nalizaremos, a
unque han sido a
bordados de una u otra manera en otros informes o a
ctuaciones, no han sido objeto específico de ningún informe extraordinario o foro de reflexión, y, por tanto no disponemos de información precisa y contrastada. Por otro lado, porque más que hacer una síntesis de la evolución de estas problemáticas, procede a
quí mirar hacia delante y marcar líneas de trabajo de cara a
l futuro.
Como se verá a
continuación, el desarrollo de los temas es desigual. Ello se debe, en gran medida, a
l grado de a
tención que en los últimos tiempos se ha podido dedicar a
unos temas u otros.
Menores y pobreza
En los últimos a
ños, normalmente en el marco de la relación que el A
rarteko mantiene con diferentes entidades que gestionan programas o recursos destinados a
personas en situación o riesgo de exclusión, pero también a
través de a
lgunas quejas presentadas por las y los ciudadanos, hemos conocido a
lgunas realidades preocupantes con relación a
niños, niñas y a
dolescentes que viven en situación de pobreza (menores de edad que viven en familias sin hogar; mujeres de origen extranjero, sin recursos, con hijos e hijas recién nacidas y sin más a
lojamiento que los centros de a
cogida nocturna destinadas a
personas sin hogar; menores que viven en viviendas o locales que no reúnen unas mínimas condiciones; menores de familias temporeras que se desplazan en busca de trabajo…).
Existen estudios e investigaciones a
nivel internacional sobre pobreza infantil en los países ricos (por ejemplo los publicados por el Centro de Investigaciones Innocenti de UNICEF), datos estadísticos que en ocasiones permiten las comparaciones, estudios impulsados por Cáritas o por otras entidades… Pero, en general, se trata de una realidad poco trabajada e investigada en nuestro entorno. A
pesar de que la tasa de pobreza infantil en Euskadi pueda ser menor que la de otros lugares, las cifras estimadas son realmente preocupantes porque a
fectan a
un sector importante de la población, que puede a
lcanzar, en momentos de crisis, a
uno de cada cinco menores de edad (uno de cada cuatro para el conjunto de España, según el último informe hecho público por Cáritas).
Ésta es una realidad compleja a
la que, sin duda, habrá que dedicar una a
tención especial y continuada en los próximos a
ños.
Abuso sexual
La situación de los niños, niñas y a
dolescentes víctimas de a
buso sexual también ha sido motivo de preocupación para el A
rarteko. Nuestra intervención en este tema se ha concretado en la colaboración con a
lgunas organizaciones –en especial, Save the Children– y en el a
poyo y participación en diversas iniciativas en los últimos a
ños.
Entre ellas quisiéramos destacar nuestra participación en un seminario de trabajo para la "Promoción de protocolos de a
ctuación conjunta en casos de a
buso sexual infantil" en el que se a
bordaron propuestas y criterios de buena práctica; en un encuentro internacional de expertos sobre la identificación de menores víctimas de a
busos en relación con las nuevas tecnologías; en un encuentro sobre trata de menores… Todos ellos organizados por la citada organización.
El a
buso y la explotación sexual infantil constituyen una de las más graves vulneraciones de derechos del niño, con gran impacto y graves consecuencias en su equilibrio emocional y en su desarrollo.
Los sistemas de protección, los servicios sociales, los servicios policiales, las instancias judiciales o las instituciones garantistas de derechos, como la nuestra, siempre han tenido dificultad para detectar e intervenir a
nte este tipo de situaciones. En parte, porque muchas de ellas se producían –y se siguen produciendo– en espacios privados, opacos, de difícil a
cceso, lo que dificulta el conocimiento y la investigación.
En los últimos a
ños, la utilización de las nuevas tecnologías ha facilitado la extensión de ciertas formas de a
buso, la incorporación de otras nuevas, su difusión y el incremento de las dificultades de detección, por una parte, y del a
nonimato y la impunidad, por otra.
La protección y a
tención de las víctimas debe ser una prioridad y un compromiso de todos los poderes e instituciones. Las víctimas de a
busos sexuales son personas menores de edad, a
veces de muy pocos a
ños, y, por tanto, incapaces de defenderse, de a
nalizar su propia situación o de tomar decisiones a
utónomas para poder salir de ella. Conocemos muy poco sobre las consecuencias que el a
buso sexual sufrido tiene en las víctimas, pero sabemos que, a
veces, necesitan muchos a
ños para as
umir y verbalizar su experiencia.
El a
bordaje de esta realidad exige recursos, investigación, formación específica de diferentes profesionales, sensibilización social, servicios de a
poyo a
las víctimas, coordinación entre diferentes servicios e instituciones… para todo ello resulta necesario el a
poyo político e institucional.
Menores víctimas de violencia
La situación de los niños, niñas y a
dolescentes que son víctimas de cualquier tipo de violencia ha sido y es motivo de preocupación para el A
rarteko. Las iniciativas y a
ctividades en las que hemos participado son de muy diversa índole, y hacen referencia a
diferentes situaciones de violencia:
– violencia ejercida contra menores en el á
mbito familiar;
– violencia o a
coso en el á
mbito escolar (tratada específicamente en el a
partado 3.11 de este mismo informe);
– violencia de género que a
fecta a
menores (cuya a
tención por parte de las diputaciones forales ha sido objeto de seguimiento del A
rarteko);
– violencia terrorista (objeto de un reciente informe sobre las víctimas del terrorismo)…
Afortunadamente, existe una sensibilidad creciente sobre la necesidad de evitar cualquier forma de maltrato a
la infancia. En este sentido, hemos venido colaborando y participando en a
ctividades formativas y de reflexión impulsadas por otras organizaciones en relación a
la prevención del maltrato infantil.
Pero también es cierto, y lo hemos podido constatar recientemente en nuestro informe sobre valores, que todavía existe un a
lto grado de a
ceptación social de la violencia –incluso de la violencia física, la bofetada– como forma de corregir o castigar determinadas conductas de los niños y niñas. El establecimiento de límites a
las conductas de los menores resulta a
bsolutamente necesario para su educación y su correcto desarrollo; sin embargo, la forma de hacer respetar esos límites puede ser más o menos a
decuada. La violencia en ningún caso lo es y debe, por tanto, ser evitada por el daño que genera en los niños y niñas.
Tratamiento informativo de la infancia y la a
dolescencia
Una de las cuestiones sobre las que los ciudadanos y ciudadanas han mostrado preocupación a
l A
rarteko es el de la divulgación de información sobre niños, niñas y a
dolescentes en los medios de comunicación. A
lgunas de las quejas presentadas en esta materia hacen referencia a
la utilización de imágenes o datos personales (nombre, centro escolar…) de los menores de edad, que vulneran su derecho a
la intimidad y que pueden ocasionar a
éstos un grave perjuicio.
El derecho a
la información y el derecho a
la libertad de expresión, as
í como la a
ctividad de los medios de comunicación deben respetar los derechos de la infancia y, entre éstos, el derecho a
la intimidad, a
l honor y a
la propia imagen de los niños, niñas y a
dolescentes, teniendo en cuenta su situación de especial vulnerabilidad y a
plicando en todo caso el principio del interés superior del menor.
En este sentido hemos venido insistiendo en a
lgunas cuestiones como en la necesidad de priorizar la condición de niño, niña o a
dolescente por encima de otras circunstancias (extranjero no a
compañado, presunto a
gresor, víctima…), tener en cuenta el interés superior del niño, niña o a
dolescente a
ntes de decidir la difusión de un contenido (valorar cómo puede a
fectarle en el presente y en el futuro), no difundir imágenes o información que impliquen menoscabo de la reputación del menor, que lesionen su dignidad o sean contrarias a
sus intereses (por ejemplo, la identificación de un menor como infractor o víctima de un delito o la divulgación de datos médicos o informes psicológicos), etc.
Éste es un tema a
l que habrá que prestar especial a
tención, máxime teniendo en consideración la rápida evolución de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación.
Menores y nuevas tecnologías de la información y comunicación
Otro de los temas que ha centrado múltiples a
ctuaciones durante los últimos a
ños es el del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Internet, el correo electrónico, los chats, los foros, la mensajería instantánea, las redes sociales… son herramientas con un gran potencial, por ejemplo, para el a
cceso a
la información o para la comunicación entre personas (multitud de información, nuevas formas de relación, posibilidad de conocer realidades lejanas…).
Internet, junto a
la telefonía móvil y los videojuegos, son de uso común y cada vez más extendido entre nuestros menores y constituyen un entorno en el que se manejan a
diario. En muchos casos, se desenvuelven en el universo digital con más soltura y preparación técnica que sus padres, madres y educadores. Pertenecen a
una generación que ha nacido y está creciendo en una sociedad donde las nuevas tecnologías están muy presentes en todos los á
mbitos.
No hay duda sobre el potencial educativo que tiene Internet y, en general, las nuevas tecnologías. Pero también hay a
cuerdo sobre el riesgo que supone para los niños, niñas y a
dolescentes su uso inadecuado.
Los menores se enfrentan a
riesgos para los que los a
dultos –al contrario de lo que sucede en otros á
mbitos– no hemos podido prepararles, porque muchos desconocemos las reglas propias de este nuevo espacio de socialización y somos recién llegados a
l mundo digital.
Sobre el ciberbullying, los riesgos de un uso inadecuado de las nuevas tecnologías y los criterios o consejos para una utilización más segura de ellas, la institución del A
rarteko ha editado y distribuido a
los centros escolares de toda la CAPV, dos materiales didácticos con juegos para los menores y guías para los educadores: Ciberbullying. Material didáctico para la prevención del a
coso por medio de las nuevas tecnologías y Leihoak. Una a
ventura real en un mundo virtual. Disfrutar de internet… sin caer en la red, diseñados por la iniciativa Pantallas A
migas. Estos materiales han sido objeto de interés de otras instancias, entre las que destacamos otras Defensorías as
í como a
l Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco que ha propuesto a
l A
rarteko su inclusión en el programa 2.0 para los centros de Educación Primaria.
En el informe extraordinario del A
rarteko sobre La transmisión de valores a
menores, publicado en 2009, se a
nalizó hasta qué punto los menores de la Comunidad A
utónoma as
umen o no una serie de valores básicos y la incidencia que en su transmisión tiene los diferentes a
gentes sociales (entorno familiar, escuela, grupo de iguales…). Uno de los a
gentes de socialización o de transmisión de valores que cada vez tiene mayor fuerza es el de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías y, por tanto, fue estudiado como tal.
Algunos de los principales problemas que se detectaban en este reciente estudio en relación a
este tema son los siguientes:
– Utilización de las nuevas tecnologías durante tiempos excesivos.
– Escaso control parental sobre lo que ven en la televisión o sobre dónde se conectan o cómo interactúan en la red. As
í, por ejemplo, casi cuatro de cada diez niños y niñas de 8 a
10 a
ños que usan internet en nuestra Comunidad A
utónoma, lo hacen sin compañía a
dulta. Esta falta de control no se produce en otras esferas de su vida. La tutela de los progenitores desciende con la edad.
– Presencia de numerosas prácticas de riesgo: a
portar información real y personal (domicilio, centro escolar…), a
cceder a
citarse con personas que han conocido en la red, a
cosar o ser a
cosado en la red… As
í, el 40% de los a
dolescentes de 12-13 a
ños a
portan información real y personal en el chat, y especialmente preocupante es el caso de a
quellos que se encuentran en la vida real con desconocidos del otro lado del monitor (20%). Esta cifra va disminuyendo a
medida que se hacen mayores.
– Consumo de videojuegos violentos o sexistas (apología de la tortura, del racismo, de la discriminación de las mujeres…). Transmisión de estereotipos.
Otros problemas detectados, a
l margen de los reflejados en el estudio sobre valores, tienen que ver con la mezcla indiscriminada de contenidos a
dultos de contenido erótico o pornográfico en páginas infantiles (ventanas emergentes…) o la inexistencia de procedimientos de verificación de la edad para interactuar en foros infantiles, por ejemplo.
La prevención, fundamentalmente desde la familia, parece ser uno de los principales factores de protección contra los potenciales riesgos de las nuevas tecnologías.
Algunas de las recomendaciones efectuadas por esta institución en el mencionado informe sobre transmisión de valores hacen referencia a
los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. En concreto, se recomienda:
– Favorecer la formación de los padres y madres. Facilitarles instrumentos de protección. Reducir la "brecha digital" intergeneracional. Facilitar instrumentos útiles (programas de filtrado de contenidos, por ejemplo).
– Lograr un mayor conocimiento sobre los usos de las nuevas tecnologías por parte de los y las menores. Todo a
punta hacia un uso cada vez más extendido, más intenso y más diversificado. Es necesario un seguimiento y un estudio más detallado sobre la evolución de los usos.
– Regular determinadas cuestiones en defensa de los derechos del menor. A
pesar de que la dimensión universal del tema dificulta su regulación y control, hay as
pectos que pueden ser regulados en un plano más cercano. Por ejemplo: los contenidos televisivos y su control; el uso de los ciber-cafés por parte de los menores; la venta de videojuegos con contenidos perniciosos, etiquetados de contenidos, etc.
– Cuidar de modo especial la programación en los horarios infantiles. De a
cuerdo con el á
mbito de a
ctuación propio de la institución del A
rarteko, se recomienda que las programaciones y criterios de publicidad de EITB en las franjas de especial protección de la infancia se revisen periódicamente y se a
decuen todos sus contenidos.
– Promover la calidad de los productos televisivos y los valores transmitidos en ellos. A
juicio de esta institución, los medios de comunicación, especialmente a
quellos de titularidad pública, no sólo deben evitar los contenidos inadecuados para la infancia sino que deben promover a
ctivamente la calidad de los productos televisivos, en orden a
impulsar valores como la igualdad entre los sexos, la a
ceptación y respeto de las diferencias (de origen, de etnia, de orientación sexual…); reprobación del uso de la violencia; cuidado del medio a
mbiente, etc. En este mismo sentido se ha pronunciado recientemente el Comité de Derechos del Niño en sus observaciones a
l informe periódico sobre la situación de la infancia en España.
Estos temas son objeto de preocupación de numerosas instituciones, con las que el A
rarteko ha compartido a
nálisis y propuestas. As
í, por ejemplo, el A
rarteko ha participado en a
ctividades como las XX Jornadas de Coordinación de Defensores en las que se a
probó un documento sobre las nuevas realidades tecnológicas y mediáticas; en un trabajo promovido por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO); en la Mesa de diálogo, promovida por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, con los Defensores del Pueblo y del menor de las Comunidades A
utónomas sobre el uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías por parte de los menores; o en el I Congreso Internacional sobre Ciudadanía Digital, celebrado en 2010.