3.12. Menores de orientación homosexual (lesbianas y gays) o bisexual, y de identidad transgénero o transexual
Una de las problemáticas que preocupan a
esta institución es la de los y las a
dolescentes homosexuales (lesbianas y gays), transexuales y bisexuales (en a
delante, lgtb). La diversidad de orientaciones a
fectivo-sexuales, as
í como la relativa a
la identidad transexual y transgénero no están debidamente reconocidas y no gozan a
ún de un estatus de normalidad en nuestra sociedad. Esto genera que muchos a
dolescentes lgtb convivan a
diario con situaciones de no a
ceptación de su realidad, e incluso de rechazo a
bierto en sus familias, entorno escolar o de ocio.
El A
rarteko viene insistiendo en la necesidad de habilitar políticas públicas que generen las condiciones a
decuadas para que los y las a
dolescentes lgtb tengan debidamente protegidos sus derechos fundamentales a
la dignidad, a
la integridad física y moral, a
l libre desarrollo de la personalidad, a
la libertad y a
la igualdad de trato, as
í como el derecho a
la seguridad y a
un a
mbiente no hostil.
Han sido varias las a
ctuaciones emprendidas por esta institución en relación a
este tema. Entre ellas quisiéramos destacar, por ejemplo, el V Foro de reflexión y participación ciudadana organizado en septiembre de 2008 sobre el tema A
dolescentes y jóvenes lesbianas, gays, transexuales y bisexuales: dificultades y rechazos en su desarrollo personal, en sus relaciones y en su socialización. En este foro se intercambiaron experiencias, preocupaciones y propuestas de diferentes profesionales en temas como las a
ctitudes de los a
dolescentes a
nte la diversidad sexual, el punto de vista de los padres y madres sobre la problemática de los a
dolescentes y jóvenes lgtb, el bullying homofóbico, la educación a
fectivo-sexual en el sistema educativo, etc. Las intervenciones y resultados de ese V Foro han sido recientemente publicadas.
Por otro lado, el a
ño 2009 se presentó el informe extraordinario sobre La situación de las personas transgénero y transexuales en Euskadi. En él se señalaban a
lgunos perfiles de personas transgénero y transexuales que se encuentran en una mayor situación de vulnerabilidad, destacando entre éstos los niños, niñas y a
dolescentes. La falta de indicadores y de diagnósticos certeros durante la infancia y la a
dolescencia y la exclusión de estos menores de edad de tratamientos hormonales y quirúrgicos les hace vulnerables porque les priva, en la mayoría de los casos, de la posibilidad de recibir un seguimiento o a
tención que disminuya su sufrimiento. A
lgunas de las recomendaciones efectuadas en el informe se dirigen a
l á
mbito educativo y hacen referencia a
l desarrollo de medidas específicas de prevención frente a
cualquier forma de violencia o exclusión, a
l a
poyo y protección a
decuada a
l a
lumnado transgénero y transexual, as
í como a
a
rbitrar mecanismos para que los a
lumnos y a
lumnas transexuales y transgénero sean llamados por el nombre correspondiente a
su sexo psicológico.
Ese mismo a
ño, se hizo también público el informe extraordinario sobre La transmisión de valores a
los menores. En este estudio se a
nalizaron las a
ctitudes, comportamientos y prejuicios de una muestra de más de 1.800 a
lumnos y a
lumnas de diferentes edades (desde los 8 a
los 16 a
ños) y fue realizado por un equipo investigador de la Fundación Deusto dirigido por el profesor Javier Elzo. Uno de los temas centrales a
bordados era, precisamente, el de las a
ctitudes de los a
lumnos y a
lumnas en relación con la orientación sexual.
Veamos a
lgunos datos extraídos de dicho informe, que muestran el grado de intolerancia, rechazo y homofobia de los niños, niñas y a
dolescentes.
El 23,2% de los a
lumnos y a
lumnas de la ESO está de a
cuerdo con la a
firmación "Me molestaría mucho que mi profesor/a fuese homosexual"; el 19,9%, por su parte, se sitúa en una posición indefinida entre el a
cuerdo y el desacuerdo. Veamos las respuestas a
nte otras a
firmaciones: "Me daría vergüenza que mi hermano/a se casase con a
lguien de su mismo sexo": un 29% de a
cuerdo y un 22,7% no se posiciona. "Nunca sería a
migo/a de una persona homosexual": comparten la idea el 14,1% de los a
dolescentes y el 15,6% no la rechaza. "A los homosexuales no se les debería permitir criar hijos/as": 16,7% a
favor y 17,3% entre el a
cuerdo y el desacuerdo. "La homosexualidad es una enfermedad": un 12,8% muestra su a
dhesión a
esta idea y el 12,6% no la rechaza. "La homosexualidad es a
normal y se debería a
cabar": 13,8% a
favor y 16,7% no en contra. Y como corolario esta última opinión: "Se deberían prohibir las manifestaciones a
favor de los homosexuales/as", compartida por el 20,7% y no rechazada por el 22,9%.
Otras preguntas de los cuestionarios respondidos (se formularon tres diferentes para a
lumnos y a
lumnas de 2º de Primaria, de 3º de Primaria y de ESO, respectivamente) ofrecen respuestas y datos parecidos, que muestran la existencia de un grado preocupantemente elevado de rechazo a
las personas homosexuales –y transexuales– en la población escolar, lo cual se traduce en a
ctitudes hostiles, de estigmatización o de rechazo (cuando no en a
gresiones verbales o físicas) contra los a
dolescentes o contra los profesores de orientación homosexual o de identidad transexual. ¿Quién protege a
estas personas? ¿Cómo se preservan sus derechos fundamentales a
la dignidad, a
la integridad física y moral, a
l libre desarrollo de la personalidad o a
la igualdad?
Debemos tener presente, a
modo de contextualización del estado de la cuestión, que tan sólo hace veinte a
ños, concretamente el 17 de mayo de 1990, que la Organización Mundial de la Salud suprimió la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales. Todavía a
fecha de hoy unos ochenta países la criminalizan y siete de ellos mantienen la pena de muerte en este supuesto. Fuera de las manifestaciones más extremas, cualquiera de nosotros podemos seguir encontrando hoy, de forma cercana, ejemplos cotidianos de expresiones homófobas que encierran ese miedo, germen de violencia y sufrimiento. Todo ello nos hace poner a
ún más énfasis en la necesidad de que se a
rticulen políticas públicas proactivas y eficaces que hagan recorrer a
la sociedad lo más rápidamente posible el camino de la normalización y de la garantía de los derechos fundamentales de los niños, niñas y a
dolescentes homosexuales y transexuales.
* * * *
Resulta oportuno recoger en este informe los as
pectos y conclusiones más relevantes del Foro sobre a
dolescentes homosexuales y transexuales a
l que nos hemos referido a
nteriormente.
Discriminación y desconocimiento general. Estas dos palabras fueron las más empleadas para describir en el Foro la realidad de los a
dolescentes y jóvenes lgtb. No sólo reflejan el día a
día de Euskadi o de España, sino el de todos los países democráticos, en mayor o menor medida. A
nte ello, urge habilitar programas y recursos que trabajen el respeto a
la diversidad a
fectivo-sexual y erradiquen la homofobia, que tan graves consecuencias a
carrea en la vida de los chavales lgtb. Se hace preciso, as
imismo, según se expresó en el Foro, mucha más información y formación, la implicación de toda la sociedad, sanciones a
nte los incumplimientos de las obligaciones que se establezcan para garantizar la pluralidad en materia de orientaciones y diversidad sexual, etc. Estas son a
lgunas de las líneas de trabajo que se barajaron. Como cuestión prioritaria se destacó la necesidad de impulsar una educación a
fectivo-sexual desde la infancia, tanto en la escuela como en casa. Es decir, incluir a
las personas lgtb en todas las as
ignaturas o á
reas y en todos los as
pectos de la cotidianidad, de un modo transversal. A
hora bien, toda educación dirigida a
los jóvenes resulta insuficiente si no se utilizan medios como la televisión e Internet.
En Suecia, la ley obliga a
las escuelas a
tener políticas proactivas sobre derechos y libertades sexuales que a
nualmente son revisadas. Por ello, los centros son conscientes de que pueden ser sancionados y deberán indemnizar a
l a
lumno si hay una investigación y los jueces deciden que no han a
ctuado bien. A
pesar de que en el citado país comenzaran en los a
ños sesenta con una enseñanza positiva hacia la diversidad sexual, las cifras a
ctuales de a
gresiones y de intentos de suicidio entre los a
dolescentes lgtb siguen siendo elevadas. Para el ex ombudsman sobre la discriminación por razones de orientación sexual Hans Ytterberg, ello se debe a
la forma de tratar la educación sexual en las clases: "varía mucho y depende del profesor". A
demás, "la formación del profesorado es malísima". En el país escandinavo son conscientes, según señaló Ytterberg, de que falta mucho por hacer hasta garantizar plenamente el objetivo de que no haya ninguna as
ignatura donde no se introduzcan de forma natural las personas lgtb. También en las matemáticas: "¿Por qué no dar un ejemplo de una pareja de dos mujeres y calcular el porcentaje que deben pagar por el préstamo de su casa?".
Ante los casos de a
gresiones homofóbicas también en Suecia se constatan deficiencias en las políticas públicas. "El foco se pone sobre la persona a
gredida y se le cambia de centro, en vez de a
ctuar sobre el a
cosador". Se a
precia, no obstante, a
l decir de Ytterberg, un cambio de conducta. La publicidad que han hecho de las indemnizaciones impuestas a
a
lgunas escuelas ha influido en muchos centros escolares. "Ha tenido efecto en la mejora de la calidad de sus planes proactivos".
La educación a
fectivo-sexual, la gran as
ignatura pendiente
En el Foro se constató el enorme déficit que existe a
este respecto. La experta en educación Belén Molinuevo se expresaba claramente: "La educación sexual en España es nula y no empieza hasta el instituto". Según la opinión generalizada, tanto los estudiantes como los profesores necesitan programas y formación. "Los profesores están muy perdidos", recordaba Jose Enrike Brosa, responsable del programa "Hablemos de Homosexualidad" (HDH) que la as
ociación Gehitu ofrece a
los centros escolares de Gipuzkoa. "No saben a
dónde a
cudir a
nte un caso de bullying por homofobia", a
ñadía.
Según la opinión unánime de las personas expertas participantes en el Foro, para ofrecer buenos programas a
fectivo-sexuales es preciso a
doptar la opción de la transversalidad, es decir, integrar la variable lgtb en todas las as
ignaturas. "Tiene que inundarlo todo o no tendrá profundidad ni recorrido", decía una de ellas, y para otra "no puede depender de la buena voluntad del profesor".
Otra educadora opinaba lo siguiente: "Si dejamos la educación a
fectivo-sexual en manos de todos, a
l final, nadie lo va a
a
bordar". Es obvio que la educación a
fectivo-sexual requiere mucha formación por parte de los profesores y profesoras y éstos no se a
treven a
relevar a
los miembros de las as
ociaciones lgtb que a
cuden a
los centros con programas de visibilidad y concienciación. Por eso continuarán siendo profesores dependientes. Se evidenció la necesidad de que las as
ociaciones lgtb sigan colaborando en la materia, ofreciendo sus conocimientos y experiencias a
los centros escolares.
Hay que insistir una vez más en la idea de cambiar la vieja escuela, involucrando a
l profesorado para que converse con sus a
lumnos y conseguir espacios de entendimiento. Esta cuestión resulta fundamental para el experto en infancia Roberto Flores de la Fundación EDEX: "Al fin y a
l cabo es el profesor el que tiene la última palabra". A
rdua tarea cuando los estudiantes tienen la cabeza en los medios de comunicación y en la escuela sólo están de cuerpo presente.
Algunas a
ctuaciones a
premiantes
En el Foro se pusieron sobre la mesa a
lgunas propuestas de a
ctuaciones que habría que a
cometer con inmediatez.
– La necesidad de planes de a
cción, charlas, estudios y recursos que tengan en cuenta la variable lgtb. Más en concreto, la A
dministración educativa debería dotarse de un Plan de igualdad para los a
dolescentes homosexuales y transexuales y de erradicación de la homofobia y, as
imismo, debería impulsar la a
probación y seguimiento de planes en todos los centros escolares.
– La A
dministración educativa debería también garantizar que hubiera en todas las escuelas cuentos y guías didácticas que reflejen la diversidad sexual y familiar, y que en los horarios de tutorías se hiciese uso de los mismos de conformidad con lo dispuesto en los planes de igualdad.
– Mayor a
ccesibilidad a
los centros educativos para divulgar información a
fectivo-sexual (programas, charlas...) y para realizar estudios que permitan conocer cómo viven y piensan a
fectivo-sexualmente los jóvenes y particularmente los lgtb.
– Trabajar en la construcción de "otra masculinidad". La masculinidad a
ctual tiene todavía vestigios y lacras de la vieja masculinidad machista, en la que la a
pelación a
l uso de la violencia y el rechazo visceral de la homosexualidad, de la bisexualidad o de las identidades y comportamientos que no se a
justan estrictamente a
los patrones impuestos relativos a
l rol masculino son elementos constitutivos de dicha masculinidad.
– Exigir a
las empresas que reciben dinero público un programa de lucha contra la discriminación por razones de orientación sexual y de identidad de género, y a
los colectivos subvencionados una mención específica de su postura a
ntidiscriminatoria en sus estatutos.
– Visibilizar la diversidad en todos los materiales dirigidos a
la Educación: la pluralidad de las orientaciones sexuales y de las identidades de género, las parejas del mismo sexo, as
í como las familias homoparentales.
– Establecer profesores de referencia (orientadores y orientadoras, y/o tutores) para orientar y a
yudar a
los a
dolescentes lgtb y para velar por la diversidad a
fectivo-sexual.
– A
plicar un método de trabajo que ha sido exitoso en Suecia: identificar a
todos los a
gentes sociales que pueden tener a
lguna incidencia en materia de protección de la seguridad y de salvaguarda de los derechos de los a
dolescentes lgtb (profesores, monitores de tiempo libre o de a
ctividades deportivas, as
ociaciones de padres y madres, a
dministración educativa, direcciones de los centros, servicios sociales, sindicatos de enseñantes, empresarios de centros docentes, centros de formación profesional, medios de comunicación, empresas editoras, productores de videojuegos, fiscalías y jueces, policía, etc.), y determinar el campo de responsabilidad de cada uno. Sentarse con ellos y, junto con las a
portaciones de los colectivos lgtb, concretar los planes de a
cción a
desarrollar.
– Que las as
ociaciones y las instituciones suministren buenos espacios que contengan información veraz y segura en la Red: en a
lgunas webs existen elementos homofóbicos, y en a
quellas dirigidas específicamente a
las personas homosexuales y transexuales falta en muchos casos información de interés para el desarrollo y protección de los a
dolescentes lgtb.
Transexualidad, marginados entre los marginados
Se subraya el gran desconocimiento existente sobre la transexualidad, y el consiguiente rechazo a
la misma. En el Foro hubo coincidencia en el diagnóstico y se repitieron a
firmaciones como estas: "Generan a
los jóvenes mayor rechazo los transexuales que los homosexuales"; "Son los grandes desconocidos"; "Todo a
su a
lrededor está cargado de morbo"; "El rechazo es brutal"… El conocimiento empírico en las a
ulas a
portado por la a
ntropóloga Belén Molinuevo y por el responsable del programa HDH Jose Enrike Brosa dio carta de naturaleza a
esas a
firmaciones.
A modo conclusivo
En las normas y valores sociales imperantes a
ctualmente las orientaciones sexo-afectivas homosexual y bisexual, as
í como la identidad transexual o transgénero, no están debidamente reconocidas ni gozan de un estatus de normalidad. En relación con ello, en muchos a
dolescentes y jóvenes lesbianas, gays, transexuales y bisexuales se generan situaciones lesivas para su a
utoestima, para su libre desarrollo personal y para una socialización no problemática. Persisten, a
demás, ideas y comportamientos basados en el odio, la hostilidad y la fobia hacia la homosexualidad y la transexualidad que se traducen en a
gresiones verbales y físicas y en situaciones de a
coso o bullying de carácter homofóbico o transfóbico. A
un cuando no se llegue a
las a
ctitudes referidas, muchos a
dolescentes y jóvenes lgtb perciben a
ctitudes o ideas de no a
ceptación o a
biertamente de rechazo en sus familias, en sus a
migos o en compañeros de clase, de prácticas deportivas o de a
ctividades de ocio.
Resulta necesario a
bordar las consecuencias de todo ello en la socialización, en el desarrollo personal y en el ejercicio de sus derechos fundamentales a
la libertad, a
la dignidad, a
la integridad física y moral, a
la igualdad y a
l libre desarrollo de su personalidad y, a
l mismo tiempo, se trata de evaluar las políticas públicas que existen en relación con las cuestiones planteadas y de a
rticular propuestas para habilitar nuevas políticas, o mejorar y completar las existentes.
En el mencionado Foro se puso de manifiesto la necesidad de potenciar la investigación que permita ofrecer datos contrastados sobre la magnitud de los problemas planteados y evaluar los programas de prevención. Se constató, as
imismo, la necesidad de la educación a
fectivo-sexual desde una perspectiva transversal, as
í como de la colaboración entre a
dministraciones, as
ociaciones lgtb, medios de comunicación y, en general, entre todos los a
gentes de socialización y culturales, poniendo un claro énfasis en la Red Internet, tan cercana a
los a
dolescentes y jóvenes. Nos enfrentamos a
l reto de un gran cambio de mentalidad y cultura en que la diversidad sexual se refleje con normalidad en todos los as
pectos cotidianos y no se a
cepte la discriminación. Esto es particularmente a
plicable a
las personas transexuales, como grandes desconocidas y colectivo olvidado en la lucha contra la desigualdad.
A modo de síntesis, se pueden definir como propuestas principales de futuro las dos siguientes:
1. Necesidad de habilitar políticas públicas que generen condiciones a
decuadas para que los jóvenes con orientaciones sexuales distintas vean protegidos su dignidad y sus derechos fundamentales a
la integridad física y moral, a
l libre desarrollo de la personalidad, a
la libertad y, en definitiva, a
la igualdad de trato.
2. Necesidad de fomentar los protocolos de prevención de la violencia homofóbica y transfóbica, incidiendo en la formación y educación de los profesores y estudiantes.