Como se ha señalado al inicio, partíamos de un volumen de recomendaciones ya efectuadas en informes anteriores enormemente amplio: 42 en el informe sobre protección; 36 en el informe sobre menores extranjeros no acompañados; 46 en el de adolescentes infractores; etc. En total, 200 recomendaciones en materia de infancia y sobre los sectores o problemáticas aquí analizadas, y eso, c
ontando solamente las efectuadas en los c
orrespondientes informes extraordinarios; no otras recomendaciones generales.
Algunas de esas recomendaciones, c
omo es natural, se han ido c
umpliendo c
on el tiempo, por lo que no es necesario mantenerlas. Otras muchas, sin embargo, siguen sin ser aplicadas o –lo que es más frecuente– lo han sido parcialmente, por lo c
ual pueden seguir manteniendo su vigencia, plena o parcial.
En c
ualquier c
aso, se trata de recomendaciones ya efectuadas c
on anterioridad y, por tanto, c
onocidas por los agentes sociales y responsables públicos, sin necesidad de repetirlas aquí. Solamente c
uando la situación que se quería mejorar c
on una o varias de nuestras recomendaciones, a nuestro juicio, no sólo no ha mejorado sino que ha empeorado, o la hace ahora aún más necesaria que entonces, la hemos reformulado aquí o hemos insistido sobre ella.
Por lo demás, hemos procurado que las recomendaciones efectuadas en este informe sean "nuevas", adaptadas a las situaciones más recientes, no demasiadas, c
entradas en aquellos problemas que c
onsideramos más determinantes, y, muchas o algunas de ellas, de c
arácter transversal (es decir, aplicables a todas o muchas de las situaciones o sectores estudiados).
Esto último queda reflejado en c
ierto modo en el propio esquema utilizado para ordenarlas. Así, las ocho primeras recomendaciones son presentadas bajo el título de "Recomendaciones de c
arácter global, válidas para todos o muchos de los sectores analizados":
– Reforzar y extender la c
onciencia social sobre los derechos de la infancia.
– Poner en práctica el derecho a participar, a ser oído.
– Apoyar a las familias para el c
orrecto desarrollo de sus funciones respecto a sus miembros menores de edad.
– C
larificar mejor las responsabilidades institucionales y el papel del Tercer sector en la atención a la infancia.
– Liderazgo institucional en la c
reación y defensa de los recursos necesarios.
– Evaluación sistemática y pública de los resultados obtenidos.
– Mejorar la c
oordinación entre diferentes servicios y profesionales c
omo medio eficaz para garantizar una mayor c
oherencia en las intervenciones c
on menores.
– C
ompaginar políticas c
ompensatorias c
on medidas c
ontra la segregación o estigmatización.
A partir de ese momento, las recomendaciones tienen un c
arácter más específico y, en c
iertos c
asos, suponen la c
oncreción y aplicación de recomendaciones anteriores a un determinado ámbito o sistema. Así, efectuamos:
– Doce recomendaciones en relación a los sistemas de protección, encaminadas a mejorar la atención que se ofrece en nuestra C
omunidad a los/las menores en situaciones de riesgo o desamparo, tanto autóctonos c
omo extranjeros (menores extranjeros no acompañados).
– Siete recomendaciones en relación c
on el sistema de justicia juvenil (Recomendaciones 21 a 27).
– Diecisiete recomendaciones sobre el sistema educativo, relativas a la respuesta a las necesidades educativas especiales y específicas (Recomendaciones 28 a 35), a la mejora de la c
onvivencia escolar (Recomendaciones 36 a 41) y a la protección y garantía de sus derechos de los menores de orientación homosexual o de identidad transexual (42 a 44).
– C
inco recomendaciones para la mejora de la atención a la infancia por parte del sistema sanitario (Recomendaciones 45 a 49).
– Nuestras propuestas de mejora terminan c
on una recomendación final sobre la necesidad de seguimiento de las diferentes situaciones de vulnerabilidad y su evolución.