1. La evolución social y familiar y el impacto en las políticas de apoyo a lasfamilias
La familia es una construcción social viva, que evoluciona constantemente y se transforma con los propios cambios sociales, variando en sus modos de formalización, estructura interna o composición, pero que sigue desarrollando funciones únicas. |
A pesar de la diversidad de modelos familiares, es asumido de forma unánime que la familia es una estructura de organización, educación y convivencia social básica en nuestra sociedad, ya que se trata de la red de socialización primaria más básica e imprescindible, a través de la cual las personas reciben y prestan funciones afectivas, educativas y relacionales clave en nuestra sociedad.
Es además una construcción social viva, sujeta y generadora de cambios sociales, y sobre la que la evolución social tiene una correlación directa en sus cambios en la composición y estructuración interna.
De hecho, en los últimos años se han dado grandes cambios de carácter interno, como son el incremento de la cohabitación como forma estable de estructuración familiar (en detrimento del matrimonio) y una reducción del tamaño de las familias (que ahora mismo tienen un tamaño medio de poco más de 3 miembros).
La CAPV presenta una de las pirámides poblacionales más envejecidas del mundo, fruto de la baja fecundidad y la elevada esperanza de vida, con una de las edades de emancipación más tardías del mundo y unas tasas de cohabitación cada vez más elevadas, así como unas extremas dificultades de conciliación de la vida familiar, laboral y personal que tienen una incidencia directa en la reducción de la natalidad y en la sostenibilidad del sistema social.
Las políticas de apoyo a las familias serán claves para que los diversos tipos de familias existentes puedan desarrollarse y ejercer de forma plena sus funciones vertebradoras de la construcción social en materia de socialización, educación y convivencia. |
Como indicábamos, existe una serie de factores externos con incidencia en la familia que pueden y deben ser abordados desde las políticas de apoyo a las familias, ya que en la medida en que las funciones realizadas por las familias solamente pueden ser desarrolladas por ellas, las administraciones públicas deberán apoyarlas compensando sus costes y facilitando su desempeño mediante recursos y servicios.
Entre otros, las instituciones públicas deberán impulsar medidas que garanticen la igualdad de derechos de las parejas reguladas por el matrimonio y de aquellas que no lo están, y articular políticas efectivas que permitan a las familias desarrollarse en la forma deseada (en cuanto a tamaño, organización y modelo de convivencia) y apoyar el desarrollo de sus funciones mediante recursos y medidas económicas eficaces.
De hecho, solamente una eficaz política de apoyo a las familias integral, flexible, adaptada a las necesidades actuales y con suficientes recursos permitirá –como ya muestra la experiencia de otros países– revertir el actual envejecimiento poblacional y hacer sostenible el actual sistema de protección social.
Para amparar y desarrollar las políticas concretas de apoyo a las familias, la CAPV se ha dotado en los últimos años de un marco legislativo avanzado en materia de derechos y reconocimiento de la diversidad familiar. |
Un paso importante para el establecimiento de políticas de apoyo a las familias es la consolidación de un marco legislativo adaptado a las nuevas necesidades de las familias.
La CAPV ha ido incorporando paulatinamente cierto grado de “perspectiva de familia” en su cuerpo normativo. Partiendo de unos inicios en los que cada sistema de atención pública centró sus esfuerzos en la definición de sus particulares y propios objetivos, servicios, estructura y organización, en los últimos años se ha suscitado cierta conciencia sobre el impacto que la forma en que se prestan estos servicios tiene en las familias o las necesidades diversas de familias diversas, en una corriente de personalización en las respuestas también reclamada desde la perspectiva individual.
De hecho, la existencia de un marco normativo propio en materia de familias de carácter reciente (con la Ley 13/2008 de Apoyo a las Familias y sus instrumentos de desarrollo) constituye una oportunidad para la implementación de una política propia de apoyo a las familias, si bien esta aún no está dotada de medidas suficientes que permitan maximizar su impacto.
Un análisis del marco legislativo vasco nos permite concluir que se ha dado un claro salto en la protección y reconocimiento de la existencia de familias diversas, habiéndose dotado nuestra comunidad autónoma de una estructura legislativa socialmente avanzada dentro del marco europeo, especialmente en lo relativo a derechos en materia de libertad afectivo-sexual o a derechos subjetivos en materia de servicios sociales de atención a la dependencia, la desprotección y la exclusión.
Con todo, no deja de ser cierto que en Euskadi subsisten aspectos más débiles, como son la aún escasa apuesta pública por desarrollar instrumentos eficaces para impulsar con mayor ahínco la conciliación de la vida familiar, laboral y personal, una herramienta clave en el cambio de la pirámide poblacional y uno de los elementos de mayor desarrollo e incidencia a nivel europeo.
Debido a la constante evolución y transformación de la sociedad y de las familias, solamente un marco legislativo en evolución y adaptación a los cambios sociales establecerá un contexto de actuación que permita albergar políticas públicas que den respuestas eficaces a las necesidades de las familias de la CAPV.
Asimismo, es necesario que el desarrollo de este marco normativo se vea acompañado de instrumentos eficaces que con dotaciones presupuestarias suficientes permitan articular medidas concretas de apoyo a las familias –especialmente en el campo de la infancia–, donde la CAPV muestra una menor implicación respecto a la mayoría de los países europeos.