Anexo primero: Glosario
Comorbilidad: es un término médico, acuñado por AR Fenstein en 1970, que se refiere a dos conceptos:
La “presencia” de uno o más trastornos (o enfermedades), además de la enfermedad o trastorno primario.
El “efecto” de estos trastornos o enfermedades adicionales.
Patología dual: presentación simultánea de patología psiquiátrica y adictiva en una misma persona, de tal forma que interactúan modificando ambas el curso y evolución de cada una de ellas. Tanto la patología psiquiátrica como la adictiva pueden ser la causa o el resultado de la otra. (Sociedad Española de Patología Dual).
Salud mental (SM): no existe una definición “oficial” sobre lo que es salud mental, ya que cualquier definición al respecto estará siempre influenciada por diferencias culturales, asunciones subjetivas…, pero de forma general se puede definir como el estado de equilibrio entre una persona y su entorno sociocultural, lo que incluye aspectos como el bienestar subjetivo, la autonomía o el potencial emocional, entre otros. “Salud mental” y “enfermedad o trastorno mental” no son dos conceptos opuestos, es decir, la ausencia de un trastorno mental no indica necesariamente que se tenga salud mental y, al revés, sufrir un determinado trastorno mental no es óbice para disfrutar de una salud mental razonablemente buena.
Screening: también denominado cribado, es una estrategia aplicada sobre una población o grupo para detectar una enfermedad en personas sin signos o síntomas de esa enfermedad, con el objeto de identificar enfermedades de manera temprana.
Trastorno de la personalidad (TP): un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Se manifiesta al menos en dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad interpersonal o de control de los impulsos. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales. Tiene su origen en la adolescencia o inicio de la edad adulta, y comporta malestar o perjuicios para el sujeto y los que están a su alrededor (DSM IV-TR).
A continuación recogemos las definiciones de los dos trastornos de la personalidad más prevalente en las personas presas, incluidos dentro del Cluster B de los TP según el DSM IV-TR.
Trastorno mental: un patrón conductual o psicológico de significación clínica que, cualquiera que sea su causa, es una manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica. Esta manifestación es considerada síntoma cuando aparece asociada a un malestar, a una discapacidad o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad.
Trastorno mental grave (TMG): existen diversas formas de definir el trastorno mental grave. La de mayor consenso en la bibliografía (la del National Institute of Mental Health (NIMH), 1987) contempla tres dimensiones: diagnóstico clínico, duración del trastorno (cronicidad) y nivel de discapacidad social, familiar y laboral de la persona afectada.
Trastornos psicóticos (DSM IV-TR): término que recoge un conjunto de trastornos entre los que se encuentra la esquizofrenia en sus diversos tipos junto a otros trastornos del espectro psicótico (esquizofreniforme, esquizoafectivo, delirante, psicótico breve, psicótico compartido, otros debidos a enfermedad médica o inducidos por consumo de sustancias). El término psicótico se ha definido conceptualmente como una pérdida de las fronteras del yo o un grave deterioro de la evaluación de la realidad, poniendo los distintos trastornos de este tipo el énfasis en diferentes aspectos de la varias definiciones del término “psicótico”. Así, por ejemplo, en la esquizofrenia, el trastorno esquizofreniforme, el trastorno esquizoafectivo y el trastorno psicótico breve el término psicótico se refiere a las ideas delirantes, a cualquier alucinación manifiesta, al lenguaje desorganizado o al comportamiento desorganizado o catatónico.