1.2.5. Recursos económicos; incidencia de la pobreza
El riesgo de no poder disponer de ingresos económicos potencialmente suficientes para hacer frente a la cobertura de las necesidades más elementales estaba presente en el 6% de la población menor de 15 años en 2008, algo superior a la de 2004 (5,3%) y por encima del riesgo de pobreza para el conjunto de la población, que se sitúa en un 4,1%.
En 2008 casi 2 de cada 10 menores se encuentran en riesgo de ausencia de bienestar (insuficiencia de recursos económicos para hacer frente, en el corto plazo, a los gastos habituales que son considerados como necesarios para mantener los niveles mínimos de bienestar y comodidad esperados en una determinada sociedad), un porcentaje algo superior a los datos del 2004 (17,70%). Sin embargo, esta incidencia se cifra en un 14% para la población vasca en general, por lo que se vuelve a corroborar la mayor incidencia de la pobreza en la población infantil.
Para completar esta visión, se hace necesario tener en cuenta los indicadores de pobreza de las familias con prole dependiente. Así, según la encuesta de hogares, en 2008 un 34% de los hogares vascos con prole dependiente cuenta con ingresos insuficientes para hacer frente a gastos extraordinarios. Otro 12% carece de ingresos suficientes para hacer frente al pago de los estudios de sus hijos e hijas y también son un 12% los hogares vascos con prole dependiente que carecen de ingresos suficientes para contratar a una persona para el cuidado de sus criaturas. Todas estas situaciones de insuficiencia de ingresos afectan, en mayor medida, a las familias monoparentales. En los casos más extremos, los hogares vascos con prole dependiente muestran problemas para la cobertura de necesidades básicas en un porcentaje que duplica al existente en 2004 –5,35% en 2008 frente al 2,79% en 2004–.
La coyuntura económica y de empleo se han agravado considerablemente desde el año 2008 al que se refieren estos datos hasta la actualidad, como muestra el ascenso de la tasa de desempleo recogida por la EPA (incremento del 8,32 en el IV trimestre de 2008 al 12,17 en el III trimestre de 2011). Esto no puede indicarnos otra cosa que no sea el consecuente aumento de las situaciones de pobreza infantil en nuestro territorio.